EL ESPÍRITU QUE ATRAE

Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas (pastores) insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! Eze. 13:3
Hay dos espíritus y sólo dos, los cuales controlan la vida de los seres humanos. 

Uno de ellos es el Espíritu de Dios. Y el otro el espíritu del mal. Ambos difieren grandemente. 

El espíritu de Dios nos guía siempre hacia el Reino eterno, pero jamás nos fuerza seguirlo. El espíritu del mal es un espíritu constrictivo, siempre en busca de nuevas victimas que seducir hacia una vida de pecado. 

Siempre que puede el espíritu del mal invade la iglesia de Dios en la tierra. Trata de infundir tanto en los pastores como en los miembros laicos para que prediquen lo que no dice Dios y pongan obstáculos a sus propios hermanos y así puedan descarriar a muchos. 
Tiene mil formas de hacerlo. Dios identificó a los que profesaban ser profetas pero que no eran unos profetas. Eran unos necios que no habían visto nada. 

También hoy Dios identifica a pastores que profesan serlo, y hacen su voluntad y no la de Dios. 
Estos también son unos necios. Habían seguido sus propias imaginaciones de su corazón. Cuando Dios por medio de Jeremías, instó a Israel a que dejara su pecaminosos caminos, ellos replicaron: “Es en vano; porque en pos de nuestros ídolos iremos y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón” (Jer. 18:12). 

Pablo dijo de esos profetas: “Se envanecieron en su razonamiento, y su necio corazón fue entenebrecido” (Rom. 1:21). Con sus corazones ensombrecidos, evidentemente no veían nada. Es curioso que en pleno siglo XXI, en la iglesia estamos viendo tales cosas. Hombre que quieren hacer su propia voluntad y no la de Dios. 

Aquí se presenta a profesos hijos de Dios que habían perdido la verdadera visión espiritual. Ya no tenían sus corazones llenos con la promesas de Dios. Habían huido de ellos las visiones del Mesías y de la ciudad eterna. Y la mayor tragedia es que guiaban al pueblo a una vida sin Dios. 

Habían sido un juguete en las manos del espíritu maligno. Hoy pasa lo mismo, algunos dirigentes, Pastores y ancianos an bajado las normas de su pueblo, no hay respeto en la casa de Dios, por decir algo etc. Es fácil ver solo lo que se desea ver. 
 
Este es nuestro peligro, tal vez estemos mirando hacia las cosas equivocadas. Gracias a Dios porque hay un Espíritu de profecía que nos indica la dirección adecuada por donde ir, pero pocos hacen caso de el. Dios os busca, y el mismo deseo que sentís de ir a él no es mas que la atracción de su Espíritu. (DMJ. p. 106) 
Maranata

Luis José de Madariaga.

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