Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtienen la inteligencia Prov. 3:13.
Conocí a un joven que parecía ser afortunado en la vida. Siembre estaba hallando cosas de valor. En varias ocasiones encontró dinero (plata).
Por una extraña coincidencia, durante tres años seguidos, y casi en el mismo día, encontró grandes suma de dinero (plata). En cada ocasión llevó la plata a la policía, esta le hizo un recibo de lo que había entregado.
En Cada ocasión lo atendió el mismo agente. Una vez el dinero no fue devuelto por que lo reclamaron y, al finalizar el año, como no había reclamaciones se lo entregaron al joven.
En otra dos ocasiones, el dinero fue reclamado dentro del plazo de 24 horas siguiente al hallazgo y el oficial recalcó a sus poseedores cuan afortunados eran de que el joven se lo había entregado a la policía y que debían de recompensarlo.
Otro caso ocurrió en España en Zaragoza hace unos tres años. Un hombre mayo se encontró una cartera con un millón de Euros, y lo llevo a la policía, antes de las 24 horas fue reclamada por la persona, está persona ingrata ni le dio las gracia al que le había encontrado su maletín.
Como vemos en estos dos casos hay personas que son ingratas, pero el joven en cuestión tuvo periodos de que no se encontraba nada era épocas de chasco. Cierto día encontró un libro que cambio su vida. El joven entablo cierto día una conversación sobre la Biblia y su contenido.
El decía que eran fabulas y que en el no había cuestiones históricas ni profundidad en el. Sus amigos empezaron a leer el contenido a la luz de la historia, poco a poco el joven vio que Daniel y el Apocalipsis iba teniendo un sentido común denominador dentro de la historia del hombre.
El joven encontró la mayor felicidad de su vida que jamás había encontrado. Paso años al servicio de Dios en muchos lugares y compartiendo lo que había encontrado. El Espíritu de Dios lo usó para ayudar a que otros encontrara la joya de la vida.
¡La dicha! ¿Quien no la desea? Toda la humanidad la busca. Pero es algo que no se puede adquirirse hay que buscarla y no todos la encuentran.
Ninguna suma de dinero la puede comprar. David la describe muy bien: “Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza esta puesta en Jehová su Dios” (Sal.146:5).
Jesús nos aconseja:. . . buscad y hallareis” (Luc. 11:9). Cuando buscamos la promesas de Jesús es que seremos colmados. Encontraremos una felicidad tal como jamás antes hemos conocido.
Luis
José de Madariaga.
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ttp://
segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
Ver
La película del Deseado de
Todas las Gente. En
Ruego a los
internautas cristianos que oren por mi amada esposa, esta enferma.
Gracias a todos.
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