domingo, 13 de febrero de 2011

HOMBRES HUMILSES PROCLAMAN EL MENSAJE.

TENEMOS TAMBIÉN LA PALABRA PROFÉTICA MÁS SEGURA, A LA CUAL HACÉIS BIEN EN ESTAR ATENTOS A UNA ANTORCHA QUE ALUMBRA EN LUGAR OSCURO, HASTA QUE EL DÍA ESCLAREZCA Y EL LUCERO DE LA MAÑANA SALGA EN VUESTRO CORAZONES. 2ºPedro. 1:19.

Este mensaje [Apoc. 14:6,7.] es declarado parte del "evangelio eterno" La predicación del Evangelio no ha sido encargada a
los ángeles, sino a los hombres. en la dirección de esta obra se han empleado ángeles santos y ellos tienen a su cargo los grandes movimientos para la salvación de los hombres; pero la proclamación misma del Evangelio es llevada a cabo por los siervos de Cristo en la tierra.

Hombres fieles, obedientes a los impulsos del espíritu de Dios y a las enseñanzas de su palabra, iban a pregonar al mundo esta amonestación. Era los que habían estado a la firme. . . "palabra profética", la "antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga" (2º Pedro. 1:19).

Habían estado buscando en conocimiento de Dios más que todos los tesoros escondidos, estimándolo más que "la gracia de plata", y "su rédito" "que más "que el oro puro" (3:14, VM).
Y el Señor les reveló los grandes asuntos del reino. El secreto de Jehová es p
ara los que le temen; y a ellos harán conocer su alianza" (Sal. 25:14).

Los que llegaron a comprender esta verdad y se dedicaron a proclamar no fueron los teólogos eruditos. Si éstos hubiesen sido centinelas fieles y hubiera escudriñado las Santas Escrituras con diligencia y oración, habría sabido que hora era de la noche; las profecías les habrían revelado los acontecimientos que estaban por realizarse.

Pero tal no fue su actitud, y fueron hombres más humildes los que proclamaron el mensaje. Jesús había dicho:"Andad tanto entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprenda las tinieblas" (Juan 12:35). Los que se apartan de la luz que Dios les ha dado, o no la procuran cuando está a su alcance, son dejados en las tinieblas.


Pero el Salvador dice también: "El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida" (Juan 8:12). Cualquiera que con rectitud de corazón trate de hacer la voluntad de Dios siguiendo atentamente la luz que ya le ha sido dada, recibirá aún más luz; a esa alma le será enviada alguna estrella de celestial resplandor para guiarla a la plenitud de la verdad.

G. W.

No hay comentarios:

Publicar un comentario