Este es un salmo que nos exhorta a cada cristiano a examinarnos cada día.
No importa que sea creyente o no, el hombre se debe hacer un verdadero examen de conciencia, eso si su conciencia no está dormida por el pecado.
Nuestra naturaleza más fuerte debe animarnos a nuestra naturaleza más débil para que ésta no desespere. Y esto lo expresa el salmista: “A Ti, oh Jehová levantaré mi alma”.
Vemos que es una oración que comprende algunos aspecto de la vida del cristiano.
En ella se hace notar algunos aspecto de la vida devocional, como la súplica, la confesión de fe y el arrepentimiento. David nunca fue más digno de admiración que en su hora de adversidad.
Aunque nos parezca difícil, cierto es que cuando el cristiano pasa pruebas y grandes dificultades, y clama a Dios, es cuando está más cerca de su Señor.
Dios nos guía a través de los avatares de la vida, como lo hizo con David. Este salmo nos invita a la meditación y a la confianza de nuestro Dios.
La esperanza es lo único que se pierde. Cuando nos acusa por una falta grave, y es verdad tal acción, recurrimos con humildad a Dios, y nuestro corazón se quebranta por el dolor causado a nuestro Dios.
Se nos dice que el reproche le quebrantó el corazón. David tuvo un arrepentimiento genuino, experimentó el dolor causado a Dios.
Y vio la bondad de Dios y su perdón. Dios le envía un mensaje al igual que a nosotros cuando somos quebrantados por el pecado. Sal 31:24.
Esfuérzate y sé valiente, es la fuerza que Dios nos da para seguir en la vida cristiana. Cuando somos zarandeados por diversas causas, no critiquemos a nuestro hermano que nos ha declarado el pecado.
Con humildad reconociendo nuestra debilidad, expongamos la ante su majestad el rey del universo. Cada cristiano debe de depender del amor de Jesús y de su bondad.
Manso y humilde. Conozco a alguien, de cual no quiero acordarme, que en su vida se refleja la decadencia moral en su vida.
El salmista nos da un consejo: “Sí, espera a Jehová”, nos está diciendo, que en todo momento de duda o peligro, en vez de desesperarnos debiéramos de avanzar, confiando siempre en Dios.
Quien es nuestra “fortaleza” nuestra “luz” y nuestra salvación”. Tuya es la decisión de confiar en tu Señor Jesucristo, o en los métodos del mundo.
MARANATA.
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