EL CAMINO ANGOSTO.

Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo. 7:14.

Más de una vez os conté las experiencias mías cuando escalaba grandes montañas. No es fácil subir por un desfiladero donde sólo hay entre 30 y 40 centímetros de sendero, y a tu lado derecho un gran precipicio. 

A quienes nos gusta la escalada, esto es un riesgo asumido, no todos valen, y se a más de uno que le ha entrado la “pájara” (el mal de la altura), y esto si es un gran problema para los compañeros de cordada. 

Antes de llegar a la cumbre hay que pasar por caminos muy angosto. Creo que el grupo de escalada tiene que tener cualidades esenciales. 

Hay otros tipos de montañeros que le gusta las montañas y ir por caminos anchos y espaciosos. El montañero o el escalador tiene que tener unas cualidades, tanto físicas como psicológicas y conocimiento del terreno. 

Lo primero es tener la capacidad de reconocer las órdenes del guía. Ya que por experiencia ha hecho este tramo muchas veces. 

La segunda es tener capacidad de enseñar a tus compañeros, para que cuando vayan ellos por esa ruta no se pierdan. 

En la Biblia también tenemos un guía el Espíritu Santo, que nos conduce por un desfiladero muy angosto y difícil de escalar. Pero como guía con experiencia, nos conduce por el camino. 

Sabe que la entrada a esa puerta, o cumbre, está muy cerca y que el camino es cada vez más angosto y peligroso. La segunda son los ángeles, que nos cuidan, y velan por nosotros, para que no nos tropecemos.

 La llegada a la cumbre o “puerta” es un alivio, y ves la recompensa. Ves esa puerta, en la cual has tenido que dejar, muchas cosas de tu vida atrás. 

Cierto es que pocos son los que alcanza esa puerta o cumbre, ya que han tenido que dejar todo su equipo en el campamento. 

Así es la vida del cristiano, tiene que dejar todos sus atavíos, todas las comodidades, todos los vicios, si quiere llegar a esa cumbre o puerta. 

Pero son pocos lo que lo consiguen, no han querido dejar sus mochilas en el campamento, y antes de llegar a la cumbre, desfallecen, y se hunden y se vuelven atrás, al campamento base. Donde allí encuentra su bienestar . 

No deseaban pasar por el desfiladero, no quieren encontrar la puerta de la salvación, está cómodos en el campamento base. 

El deber la decisión y la disciplina es la puerta estrecha y el camino angosto que lleva a la cumbre. En Cristo está nuestro guía, sigamos sus pasos y llegaremos a la “cumbre o puerta de la salvación”

MARANATA.

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