lunes, 28 de diciembre de 2020

LA LEVADURA.

No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? 1º Cor. 5:6

El interés de Cristo fue siempre de enseñarnos grandes lecciones a través de su palabra. 

En muchas ocasiones nos habla a través de la naturaleza y de la semilla que era pequeña, y que si se siembra en buena tierra su fruto sería abundante. 

Por esto comparo el reino de los cielos con la levadura. Hace mucho tiempo en este blog, os hable que en mi casa hacemos el pan y es maravilloso como un poco de levadura puede formar un pan. 

La levadura, aunque no sea una gran cantidad es vitalmente activa, y constituye una buena representación del poder que tiene la Biblia para transformar a la gente y a una sociedad. 

No es bueno jactarse de los triunfos personales porque es una forma de orgullo y exaltación del yo. 

“Este orgullo impío es el que se deleita en la vanidad de de las obras propias, 

el que se jacta de las excelentes cualidades de uno mismo” esta es la levadura pobre que no tiene poder para leudar el pan. 

La jactancia es parte de una levadura que no es la madre, y por eso se jacta.  

Tenemos un ejemplo que es la iglesia de corintios ellos no tenían motivos para jactarse de su condición espiritual. 

Procuraban dar la impresión de que todo estaba bien en la iglesia. Eso era una evidencia de su ceguera espiritual. 

Cuantas iglesias hay en todo el mundo, que nada mas quieren que se le den cultos suaves para no alarmar a sus miembros. 

Desde el año 2008 en mi iglesia no sedan temas proféticos, y lo peor es que nos creemos que somos una iglesia modelo. 

Nos hace falta un poco de levadura madre, para que no olvidemos nuestra condición. 

Si estuviese Pablo estuviese entre nosotros nos diría lo mismo que a los de Corintios, no nos jactes de vuestra condición, y no olvidareis de la verdad vital. 

Así como una pequeña cantidad de levadura en una masa grande afecta a todo, así también la apatía afecta a todo el conjunta de una iglesia. (Mat. 13:33).  

Dios quiere la calidad, y no la cantidad. Su iglesia debe ser “la sal de la tierra”, “la levadura en la masa”. 

La palabra “iglesia” significa justamente una minoría llamada a ser la levadura que fermente a las multitudes. 

Por su puesto que una minoría puede estar errada; pero el cristiano no errará si obedece a la invitación divina. 

Dios eligen a los que desean trabajar en humildad y sencillez, reconociéndolo como su Guía y la fuente de su fortaleza. 

La semilla que sembró en nuestro corazón, debe de dar el ciento por uno, para ser una bendición en otros.

MARANATA.

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