LA DOBLE CARTA DE LA MONEDAD.

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová había hecho: La cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?. . . 
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal. Gén. 3: 1, 4, 5.

La objeción de que la serpiente no era un animal verdadero, sino un ser sobrenatural, difícilmente necesita una refutación seria en vista de la declaración explicita de que era, ciertamente, un animal. 

Si embargo todas las Escrituras aclaran ampliamente, que la serpiente misma no fue responsable de la caída de hombre sino de Satanás (Jun. 8: 44; 2º Cor. 11: 3, 14; Rom. 16:20).

La prueba de nuestros primeros padres se permitió para probar su lealtad y amor. 

Era esencial para su desarrollo espiritual, para la formación del carácter. 

Puesto que Dios no quería que fueran tentados por encima de capacidad para resistir (1º Cor.10:13), 
no permitió que Satanás se le acercara a la semejanza de Dios y en cualquier otro lugar, sino en el árbol (ISP34). 

Por lo tanto, Satanás vino en forma de un ser no sólo muy inferior a Dios, sino muy por debajo del hombre mismo.

Al permitir que Satanás usando como medio un mero animal los persuadiera a quebrantar la orden de Dios, Adan y Eva quedaron doblemente sin escusa. 

El mismo método esta usado hoy día contra los hijos de Dios, siempre disfrazando con una mascara para que los hijos de Dios no lo perciban. 

Hoy se viola la ley de Dios, diciendo: ¿No tiene importancia hacer la comida el sábado? ¿No tiene importancia comerme un bocadillo de calamares? 

Ponemos escusa cuando violamos la ley de Dios. Eso no tiene importancia, peor es la critica. Este ha sido el mensaje del gran Engañador desde entonces. 

El pecado entro en el mundo cuando el hombre fue seducido, y se convirtió en enemigo de Dios. Desde entonces la mentira, el engaño, la codicia, y el dar la muerte a otro o así mismo, no es pecado. 

Satanás quiere hacernos ver, que todo lo que hagamos no es pecado, sino es consecuencia de nuestra separación de Dios. El pecado prospera cuando el cinismo prevalece. 

El cinismo del cristiano, no sólo es necesario vindicar los motivos de Dios sino defender la bondad ante la critica y la deslealtad.

Cuando alguien vive fielmente, lo llamamos legalista. Si un hermano da ejemplo en la iglesia, lo tildamos de raro. A quien da generosamente para la causa de Dios, lo acusamos de tratar comprar el cielo. 

Los hijo de Dios, debemos examinarnos cada mañana, en humilde oración, cada tarde y cada noche. Para ver si andamos en los caminos de Dios.Es mejor equivocase ocasionalmente por el lado de la credulidad que por el lado del cinismo.

MARANATA.

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