DIOS CONOCE EL PENSAMIENTO.

Y Jesús como sabía los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad casa dividida contra sí misma; no permanece. Mat.12:25

Cómo podemos ser buenos cristianos en nuestra iglesia, y ser un reflejo para el mundo. La respuesta la da Jesús: Sabiendo Jesús sus pensamientos les dijo: 

Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra si misma, no permanecerá.(ver.25). Una nación donde hay guerra civil, evidentemente queda debilitada frente a las naciones vecinas. 

Tenemos. Jesús lee los pensamientos de los hombre, no importa que los ocultemos a la familia, o a los hermanos de la iglesia Cristo lo sabe. 

Muchas veces Jesús leyó los pensamientos de los hombre. Jesús percibió la conspiración que estaban tramando los fariseos y los herodianos (partido religioso que apoyaban la dinastía de Herodes) después de la curación del hombre de la mano seca en la sinagoga (Mat 12:14). 

Jesús sabe lo que esta pasando en su iglesia, la guerra entre hermanos es una forma que tiene Satanás para destruir el pueblo de Dios. 

No es una guerra física, sino intelectual, de ideas y conceptos dentro del pueblo de Dios. 

Dios quiere una iglesia unida, que apoye el programa de iglesia aunque este sea defectuoso a nuestra vista. 

Sabemos que se levantarán falsas pretensiones, surgirán falsos profetas; habrá sueños y visiones falsos; pero debemos de predicar la palabra de Dios verdadero. 

Por muy noble que sea lo profesado por aquel cuyo corazón no esta lleno del amor a Dios y a sus semejantes, no es verdadero discípulo de Cristo. 

Aunque posea gran fe y tenga poder aun para obrar milagros, sin amor por la iglesia y sus hermanos su fe será inútil. Hay que recordar las buenas cualidades de nuestros hermanos. 

Los hombres y mujeres que desean ejercer sus dones en la obra del ministerio hallarán una lección útil en ejemplo de Pablo en Tesalónica, en Corinto, y en Éfeso. 

Jesús conoce nuestros pensamientos, y sabe bien que es lo que pensamos y que lo que queremos hacer. 

La utilidad de los hombres y mujeres que sienten que son llamados por Dios a predicar, depende mucho de la forma en que empiezan sus labores. 

Jesús desea la santificación y la manifestación de la iglesia en el mundo. La escogió desde la eternidad, para que fuese santa. Y todos sabemos que la verdadera santificación es consecuencia del desarrollo del principio del amor. 

La vida de aquel en cuyo corazón habita Cristo revelará una piedad práctica. 

El carácter será purificado, elevado, ennoblecido y glorificado (H. A. p. 447). 

El pueblo de Dios debe de aprender el significado de la abnegación. Ya que Cristo conoce nuestros corazones y sabe nuestras intenciones.

MARANATA.

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