“¿Me perdonas?” Durante toda
nuestra vida oímos esta frase durante toda nuestra vida, pero lo
curioso que nosotros también la repetimos.
Es la intención de
restablecer otra vez la relación con la persona a la cual emos
ofendido.
La usamos cuando vemos que una relación se va a perder, y vemos que nuestro hogar no tiene solución. ¿Por qué?
La usamos cuando vemos que una relación se va a perder, y vemos que nuestro hogar no tiene solución. ¿Por qué?
¿Podría
ser que una gran mayoría de gente desea escapar del dolor del juicio
de otros sin tratar en forma directa y sanadora con los problemas que
causaron el dolor o la separación? ¿Pero que significa perdón?¿qué
significa perdonar?,
¿qué se puede perdonar?, ¿quién puede
perdonar?, ¿a quién se puede perdonar?, ¿qué es lo que no se
puede –o no se debe– perdonar?, ¿existe lo imperdonable?, ¿qué
diferencia hay entre el perdón, la disculpa, la clemencia, la
amnistía y el indulto?
Sin duda son preguntas que la filosofía no
puede eludir. Pero, en cualquier caso, algo parece claro, a saber,
que estamos viviendo un momento histórico en el que se usa
demasiadas veces la palabra perdón a la ligera.
Habría que tener
más cuidado, porque estamos ante un problema fundamental para la
existencia de los seres finitos, por eso no deberíamos utilizar su
nombre en vano, por eso es urgente elaborar una filosofía del
perdón. Solo un ser finito puede
perdonar.
El hombre estaba separado de Dios desde su caída, y Cristo
Jesús vino para reparar el daño causado por el hombre. El perdón
no es un trago amargo que debemos tomar.
Es el producto de un corazón
sanado. ¡Y no hay corazones sanados a sí mismos latiendo en el
planeta!
Sólo el amor infinito de Dios puede devolvernos la salud
suficiente como para perdonar a otro. Dios no espera que alcancemos un
tipo de condición piadosa que diga siempre
“si”, nos libera de llevarla a El nuestra incapacidad de perdonar a los que nos ofende.
“si”, nos libera de llevarla a El nuestra incapacidad de perdonar a los que nos ofende.
El perdón en el Padrenuestro esta el clamor: “Líbranos del mal”.
Dios quiere que reconozcamos nuestro problema.
Necesitamos ser salvos de nuestros defectos y es a través del Espíritu Santo podemos tener una mayor compresión del perdón de Dios.
Necesitamos ser salvos de nuestros defectos y es a través del Espíritu Santo podemos tener una mayor compresión del perdón de Dios.
Por eso Dios
nos da abundante gracia a través de Cristo para ser perdonados. El
ha puesto a nuestra disposición la gracia salvadora de Cristo.
Así
debemos de perdonar a otros el daño que nos causa, pues si no lo
hacemos ¿seremos nosotros perdonados? “De gracia recibisteis, dad
de gracia”. Dios nos da el perdón. Perdonemos nosotros también.
MARANATA.
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NOTIFICACION A LOS
LECTORES.
Notificación: Estimados lectores
de este blog. Hace tiempo que parezco de un problema de salud, que
abecés me impide desarrollar este ministerio. En otras ocasiones les
pedí que orase por mi, y sus oraciones fueron contestadas, pues
recupere la salud. Hoy les insto a que oren por mi, para que me
recupere de esta dolencia que arrastro barios meses. Se que vuestras
oraciones llegaran al trono de la gracia y si es la voluntad de Dios
me pondré bien. Las oraciones del justo llegan al trono de la
gracia. El Señor nos dice: Orar los unos por los otros para que
Vuestro Padre sea glorificado. Que Dios os bendiga y que su paz sea
sobre ustedes. Sal. 62: 7
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