Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. 2 Reyes 2:15.
Una viuda del Estado de Washinton, que el Espíritu Santo vino sobre ella, estaba asombrada cuando unos amigos cristianos reconocieron inmediatamente qué era lo que había ocurrido.
“Usted ha sido ungida por Dios”, le dijeron cuando alabaron al Señor. Algo similar ocurrió con los estudiantes de Elías, no sabiendo donde estaban él, discernieron el
Espíritu que había descendido tan fuertemente sobre ellos Eliseo que se postraron ante él bajo la influencia del poder de Dios.
La Biblia declara que el pedido de Eliseo fue de una doble porción “en la forma de tu espíritu”, y este pedido fue concedido a Eliseo vio a su maestro que era arrebatado en un carro de fuego. Los jóvenes del colegio de los profetas
que a la sazón se encontraba en Jericó, donde Elías había sido el consejero espiritual, reconocieron que efectivamente que el Espíritu Santo había “descansado” sobre Eliseo como lo había hecho sobre los 70 ancianos en el tiempo de Moisés (Num. 11:25).
Co lo haría más adelante con Jesús (Isa. 11:2). Jesús prometió a sus discípulos que el Espíritu Santo “vendría sobre ellos” (Hech.1:8), y su promesa se cumplió dramáticamente en el Día de Pentecostés.
Siempre que el Espíritu Santo desciende sobre una persona, ese hecho es reconocido por otros que tienen un Espíritu de discernimiento, como ocurrió con la viuda y su amigo veinte siglos más tarde en el estado de Washinton.
Así como Eliseo usaba el manto de su maestro glorificado, así los cristianos de hoy día.
El derramamiento del Espíritu Santo hubiera sido derramado en su totalidad en 1888, pero la incredulidad de muchos no fue posible.
Pero la promesa sigue en pie, antes de la Venida de Cristo, el Espíritu Santo sera derramado sobre aquellos que han sido fiel a sus mandatos. En aquel tiempo se aproxima como relámpago que sale del Oriente uy se muestra en Occidente.
Entonces abra milagros y un gran reavivamiento como nunca fue en este mundo. Esta es la razón por la cual no debemos de tener miedo de pedir hoy el Espíritu Santo.
Es necesario y de mayor urgencia que pidamos todos dicho derramamiento para alumbrar al mundo de las nuevas de que Cristo viene.
[Os pido que oréis por mi.
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].
Maranata:
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puedan amarlo y otros odiarlo, usted y yo podemos
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