Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos. Mat. 5:10
Es un texto que
pensamos muy poco, pero se aplica a nuestras vidas. Me gusta la
Historia Antigua, sobre todo la concerniente al A.T. Y la Antigua
Historia Europea.
Cuando repaso en mi mente dicha historia, vienen pensamientos de esos hombres y mujeres que fueron perseguidos y torturados por sus ideales cristianos. Recuerdo las atrocidades que hizo el gran Inquisidor Torquemada.
Y los llamados Cesares del Imperio de Roma. Y pienso que la gran mayoría de nosotros no pensamos que se aplique algún día a nosotros.
En el tiempo que Jesús pronunciaba esta palabras, los soldados romanos a menudo hacían que la vida fuera miserable para los judíos. Cristo quería consolar a su pueblo pero no quiso ser consolado. Pero ¿usted y yo?
No vivimos en países donde el cristianismo este perseguido. No hay que ir muy lejos en nuestros días, cientos de cristianos mueren en el nombre de Dios. ¿Cuánto sabemos de este tipo de persecución?
¡Nada! Creo
que todo lo que Jesús dijo tenía una razón suprema y es de
demostrarnos al Padre y su gran amor.
Cristo se sentaba en las ladera de las colinas de Galilea para hablar a las multitudes. Con tierno amor presentaba al Padre, y cual era su misión.
Con seguridad sabía que usted y yo las escucharíamos siglos después. Nuestra amado Dios nos insta una y otra vez que volvamos a tener una correcta relación intima. Esto nos capacitara para vivir una vida responsable, y en consecuencia responder por ella.
Lutero fue consecuente en su tiempo, sabía a que se exponía. La verdad y solamente la verdad. El dijo esto: “Dios, que es el que lee en el interior de los corazones, me es testigo de que estoy pronto a obedecer con diligencia a vuestra majestad, así en lo próspero como en lo adverso; ya por la vida, ya por la muerte; exceptuando sólo la Palabra de Dios por la que el hombre existe.
En todas las cosas relativas al tiempo presente, mi fidelidad será perenne, puesto que en la tierra ganar o perder son cosas indiferentes a la salvación. Pero Dios prohibe que en las cosas concerniente a los bienes eternos, el hombre se someta al hombre.
En el mundo espiritual la sumisión es un culto verdadero que
no debe rendirse sino al Creador. (D' Aubigné, lib 7 11). “Donde
se cree en Dios, allí está Dios; y donde está Dios, existe un celo
que induce a obrar bien. (Ibid 8,cap. 9).
La noche de la aflicción de Jacob, . . representa la prueba por la cual pasará el pueblo de Dios en el tiempo de angustia. “Preparemos nos día tras día, para estar firmes en la última batalla”. Amen. (C.S. p. 619-692).
[Os pido que oréis por mi.
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].
Cuando repaso en mi mente dicha historia, vienen pensamientos de esos hombres y mujeres que fueron perseguidos y torturados por sus ideales cristianos. Recuerdo las atrocidades que hizo el gran Inquisidor Torquemada.
Y los llamados Cesares del Imperio de Roma. Y pienso que la gran mayoría de nosotros no pensamos que se aplique algún día a nosotros.
En el tiempo que Jesús pronunciaba esta palabras, los soldados romanos a menudo hacían que la vida fuera miserable para los judíos. Cristo quería consolar a su pueblo pero no quiso ser consolado. Pero ¿usted y yo?
No vivimos en países donde el cristianismo este perseguido. No hay que ir muy lejos en nuestros días, cientos de cristianos mueren en el nombre de Dios. ¿Cuánto sabemos de este tipo de persecución?
¡Nada! Creo
que todo lo que Jesús dijo tenía una razón suprema y es de
demostrarnos al Padre y su gran amor. Cristo se sentaba en las ladera de las colinas de Galilea para hablar a las multitudes. Con tierno amor presentaba al Padre, y cual era su misión.
Con seguridad sabía que usted y yo las escucharíamos siglos después. Nuestra amado Dios nos insta una y otra vez que volvamos a tener una correcta relación intima. Esto nos capacitara para vivir una vida responsable, y en consecuencia responder por ella.
Lutero fue consecuente en su tiempo, sabía a que se exponía. La verdad y solamente la verdad. El dijo esto: “Dios, que es el que lee en el interior de los corazones, me es testigo de que estoy pronto a obedecer con diligencia a vuestra majestad, así en lo próspero como en lo adverso; ya por la vida, ya por la muerte; exceptuando sólo la Palabra de Dios por la que el hombre existe.
En todas las cosas relativas al tiempo presente, mi fidelidad será perenne, puesto que en la tierra ganar o perder son cosas indiferentes a la salvación. Pero Dios prohibe que en las cosas concerniente a los bienes eternos, el hombre se someta al hombre.
En el mundo espiritual la sumisión es un culto verdadero que
no debe rendirse sino al Creador. (D' Aubigné, lib 7 11). “Donde
se cree en Dios, allí está Dios; y donde está Dios, existe un celo
que induce a obrar bien. (Ibid 8,cap. 9). La noche de la aflicción de Jacob, . . representa la prueba por la cual pasará el pueblo de Dios en el tiempo de angustia. “Preparemos nos día tras día, para estar firmes en la última batalla”. Amen. (C.S. p. 619-692).
[Os pido que oréis por mi.
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].
Maranata:
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
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puedan amarlo y otros odiarlo, usted y yo podemos
confiar
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