lunes, 16 de noviembre de 2015

LOS ÁNGELES EN EL HOGAR.


Doy gracias a Dios porque estoy bastante mejor, y gracia a los internautas de estos blog, por la paciencia que han tenido con un servidor de ustedes.
Pues a sus ángeles mandaran acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevaran, para que tu pie no tropiece en piedra. Salm. 91:11,12.
Una gran mayoría de cristianos creen que los ángeles tienen un cometido especial con el hombre.Y ciertamente así es. Los ángeles de Dios están velando sobre cada hombre y mujer, pero muy especialmente por el pueblo de Dios, aquellos que guardan sus mandamientos. 
Y imaginaros que en la tierra hay 7. millones de seres humanos, por lógica tienen que haber la misma cantidad de ángeles. Ya que cada uno tenemos un ángel. Estos seres celestiales fueron encomendados por el Padre para custodiar y impedir que Satanás obtengan alguna ventaja sobre aquellos que se niegan a cambiar en el sendero del mal. 
Y estos ángeles que guardan a los hijos de Dios en la tierra están en comunicación con el Padre en el cielo. “Mirad que nos despreciéis a uno de estos pequeños” dijo Cristo, “porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que están en los cielos” (Mat.18:10) (Manuscrito 8, 1905).
Difícilmente nos damos cuenta de que hay ángeles a nuestro al rededor; y estos ángeles tienen la misión de cuidarnos y de anotan toda nuestras incidencias de la vida. 
Hablo por experiencia: “Nunca sabre si el hombre que me recogió en la carretera que va de Sevilla a Badajo era un ángel”, o el que me salvo de una escalada en la montaña. 
 Lo cierto es que estos ángeles son administradores de Dios y están para cuidarnos. Solo hay una condición, que nosotros queramos, y si hacemos la voluntad de Dios. Toda la familia del cielo está interesada en la familia de la tierra y en su salvación. 
Pero la decisión es nuestra ya que Dios nos ha hecho libres. Deberíamos estar agradecidos por la labor que hacen día y noche manifestando su amor por nosotros.
Las palabras mal dichas a nuestra esposa, o nuestros hijos que no son bondadosas que pronunciamos en nuestros hogares y fuera de ellos, son anotadas en un libro que es exclusivo nuestro. Deberíamos pensar “yo” el primero, al igual que vosotros, en estos libros ya que ene el juicio de nuestra vida saldrán a reducir. 

El hombre sera juzgado por la ley de la libertad, cada acto de nuestra vida esta escrito, sea para condenación o para salvación. 
Los libros están abiertos Apoc. 21-22. La gran pregunta de nuestra vida es: ¿En que libro queremos estar? ¿En el libro de la vida? ¿Oh en el libro de la muerte eterna? Esta decisión es solamente tuya. Si estamos viviendo una vida de consagración, y estáis viviendo en Cristo vosotros no podéis hablar palabras incoherentes y criticar a tu hermano. 
 No olvidemos que somos hijos de Dios, y que muy pronto estaremos con nuestro Padre celestial, nuestra menta es solo una, llevar almas a los pies de Jesús. Amen.
Luis José de Madariaga.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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