CANTO DE ALABANZA A DIOS

Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos y temerán. Sal. 40:3. 

Recuerdo cuando fuimos a la cárcel de alta seguridad para dar un concierto de alabanza a Dios. 

Nunca podre olvida, las lagrimas de muchas mujeres, cuando entonamos la canción Dios Perdóname. Esto estará grabado en mi ordenador de mi mente para el resto de mi vida. He pensado con cuánto gozo mirarían los ángeles desde el cielo sobre nosotros sí toda las corales de la iglesia alabáramos a Dios y morásemos en Cristo Jesús. 

Debemos poseerlo y manifestarlo al mundo. Nunca me ha gustado las corales de salón, que solo sirven para deleitar a unos pocos. En las dos corales en las que yo e estado. Siempre hemos tenido el concepto de llevar a cristo a través del canto a diferentes lugares de España, Portugal y Francia. 

En la que me encuentro en estos momentos, tratamos de ir a todos los sitios donde nos solicitan. 

¿Por qué? Dentro de muy poco Cristo vendrá con poder y gran gloria, y ¡que terrible será si no estamos listos! Se dice: que la música calma a las fieras. David savia esto muy bien, cuando tocaba para el rey Saul. 

En el mundo hay hombre y mujeres atormentados por el pecado, y sólo la música y el mensaje de salvación apacigua su espíritu y los lleva a los pies de Jesús. 

Los ángeles del cielo están alabando a Dios todo el tiempo, y aquí hay mortales por los cuales Cristo dejó el celeste hogar y sufrió burlas, insultos y muerte para llevarnos a morar con él a los lugares celestiales, y ellos nos recibirán con cantos de alabanza. 24:7-10). 

Si estamos asentados en los lugares celestiales con Cristo, no podremos de dejar de alabarle. Pero antes debemos a comenzar a educar nuestras lenguas para alabarlo, y enseñar a nuestro corazón a hacer melodías para Dios; cantad alabanza himnos de gratitud a Dios, y vuestro peor enemigo no podrá haceros daño. 

Cuando las cosas anden mal en vuestros hogares, elevad un himno de alabanza “Cantare salmos mientra viva a mi dios” decía el salmista. La tristeza desaparecerá, sentirás que un poder vivificador esta sobre vosotros/a, y veréis las cosas con más claridad, el amor y la compasión de vuestro Padre celestial inundaran vuestro corazón. 

Los que están en sagrada relación con el Dios del cielo no son dejados en las tinieblas y en las flaquezas de su naturaleza. 

Se regocijaran en las “bienaventurada esperanza y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. (Tito 2:13). 

¿Anhelamos ver a nuestro Rey en su hermosura, a los ángeles que nunca cayeron y el país de eterna belleza? Entonces preparémonos para su encuentro. Todas estas corales, algún día formara la gran coral celestial, para alabar a nuestro Dios

Luis José de Madariaga.

Maranata

Luis José de Madariaga.

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