NADA LOS ASEMEJA

Vino el Espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed 2º Cron. 15:1.
Dios, a través de los tiempos, se ha manifestado a los hombres en diversa ocasiones, para transmitir su voluntad. 

¡Que experiencia tan emocionante! Dos personas en forma especifica, y una nación entera, son beneficiados una por ser enviado por Dios, la otra por obedecer a Dios. 

Sabemos muy poco de Azarías, pero describe el gran papel que desempeño en Israel. Dios no mira como es el hombre, mira su predisposición para servir a Dios. Cuando el Espíritu de Dios viene sobre una persona, eso significa dos cosas. 

El mensaje y la obra que tiene que hacer. Segundo, debe de haber una predisposición de la persona para cumplir los deseos de Dios. Así fue en el caso de Azarías, Dios le dio un mensaje para el rey Asa.   
El rey acababa de ganar una gran batalla sobre su enemigo Zera el etíope. 

Ahora había una obra que hacer por el pueblo de Judá y Benjamin. Se habían vuelto descuidados y idolatras sus mujeres habían copiado las costumbres de las mujeres paganas, un pueblo no se desvía de su experiencia religiosa sin motivo. 

Asa comprendió bien el mensaje, empezó por su casa, y des pues los lugares altos, quito todos los ídolos de la tierra y el pueblo hizo con Dios un pacto se comprometió a servirle fiel mente. Pero el tiempo nos vuelve a dar la razón, el hombre cae com la fruta del verano. 

Ninguna victoria por nación o individuo alguno se puede compara con la victoria que nos da el Espíritu Santo. Se cuenta que Saladino contemplo la espada de Ricardo Corazón de León, expreso con asombro de que un arma tan ordinaria hubiese realizado hazañas tan prodigiosas. 

Pero el rey desnudo de brazos dijo: “No es la espada la que hizo esas cosas; es el brazo de Ricardo. Así trabaja el Espíritu Santo con nosotros, es su brazo poderosos para salvarnos de la tormentas y de las luchas sin fin.Cuando el cristiano se rinde a Dios y se compromete, no de boca, sino de corazón el poderoso brazo del Espíritu de Dios obra en nosotros. 

Pablo dice: Coger la espada, el escudo, la armadura, para apagar los dardos del enemigo. Hay un gran conflicto hoy, se esta desarrollando dentro de nosotros y afuera. Las fuerzas de Satanás desafían la justicia de Dios. 

La batalla se libra sobre nosotros, llevemos el mensaje de salvación a nuestros vecinos, nuestros parientes, y más aya de nuestras fronteras. 

Llenos del Espíritu podemos ayudarlos y a liberarse de sus ídolos que los han mantenido lejos de Dios. Hoy te llama a ti y a mi. ¿Que le diremos a Dios?

Luis José de Madariaga.

Maranata

Luis José de Madariaga.

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