Y ahora por un breve momento se mostró la gracia de Jehová nuestro Dios, para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos estaca
(o clavo) en su lugar santo, a fin de alumbrar nuestros ojos nuestro Dios y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre. Esdras. 9:8 (Versión Valera 2010).
Israel por culpa de su infidelidad hacia su creador, sufrió las más cueles sufrimientos, esto fue a causa de su idolatría. Estaba por terminar la profecía de los setenta años de cautiverio en Babilonia. Durante ese tiempo las tribus de Israel habían sido esparcidas por los cuatro vientos.
Israel había pagado un alto precio por sus repetidas apostasías, eran duro de cerviz, ya no era la gran nación de Israel. La diez tribus del norte habían sido transportadas más aya de asiria, y más aya de Persia, la nación dejo de existir como tal.
Dios había hecho una promesa, sin embargo, de que en Belén de Judá vendría un gobernador que reinaría para siempre (Miq, 5:2).
La gracia de Dios, en su favor, fue extendida a las dos tribus del sur Judá y Benjamin. Artajerjes le dio a Esdras permiso para regresar a su país. Los descendientes de Judá podían volver con el.
Este fue el resto que escapó, dela gran diáspora, los que fueron librados de la servidumbre de Babilonia. En lenguaje gráfico Esdras describió la relación entre Dios y su pueblo. Se le dio una estaca en su lugar santo para iluminarle los ojos. Una estaca se puede hacer de madera o de cualquier material duro.
En la tienda del tabernáculo había estacas, de madera o de hierro. Pero todas ellas cumple una función importante. Judá debía de cumplir una misión. Dios ligó al pueblo de Judá a su lugar santo con una estaca o clavo.
No hay que tener mucha imaginación sacar la conclusión de que el “el clavo” o “estaca “ esta representando al Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo que alumbro los ojos de Israel. El revivió la bienaventurada esperanza en sus corazones. Pero la historia se pitio, Judá al igual que Israel rechazaron la luz que fue enviada por él Padre.
La luz vino al mundo, y el mundo rechazo la luz. Hoy Dios nos clavara a su lugar santo, si nosotros aceptamos. Los clavos que traspasaron las manos de su Hijo nos atan a él. Su Espíritu nos alumbra en el camino. Reaviva el mensaje de esperanza en nuestro corazón.
Los que están clavados a él son el remanente. El remanente esta compuesto de personas que quieren hacer su voluntad, no busca lo exterior ni las ostentaciones, ni ir a la moda; el remanente es algo mucho más, son los que llevan la imagen de Cristo en su frente.
¿Nos contamos nosotros en este remanente? ¿Estamos clavados en la cruz? ¿Oh estamos lejos de esa menta? La decisión es toda tuya. Morir para vivir, Vivir para morir. Israel vivió para morir, ¡Judá morirá para vivir! Solo el remanente sera los que vean la venida de su Señor.
Luis
José de Madariaga.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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La
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