¡He aquí el hombre!

Y Pilato les dijo: !He aquí el hombre! Juan 19:5 

Sin duda, el propósito de Pilato con esta exclamación fue provocar la compasión de la multitud. 

Allí estaba Jesús ante la turba con sus supuestos mantos reales, coronado de espinas, sangrante y pálido por su reciente flagelación, y, sin embargo, evidenciaba un porte real. 

Pilato y sus gobernantes y los Judíos , sacerdotes y el pueblo lo presenciaban. 

¿Que diferencia hay entre el mundo del siglo primero y el nuestro? No hay ninguna. Hoy el mundo necesita a hombres y mujeres que den tal testimonio de su lealtad a Dios.

Se necesita a hombres que no se venda;

Hombres y mujeres que sean honrados,

Hombres y mujeres cuya conciencia, sea fiel como brújula al polo Norte,

Hombres y mujeres que se mantenga de parte de la justicia aunque los cielos se desplome,

Hombres y mujeres que sepan decir la verdad y mirar al mundo con decisión y lealtad,

Hombres y mujeres que no se jacten de su sabiduría ni escapen;

Hombres y mujeres que no vacilen ante el peligro ni escapen;

Hombres y mujeres que sean valientes y predique la verdad; Hombres y mujeres en los cuales el valor de la vida eterna fluya como río manso profundo y fuerte;

Hombres y mujeres que conozcan la verdad y la proclamen;

Hombres y mujeres que sepan cual es el lugar que ocupan en la misión global;

Hombres y mujeres que no mientan, ni se escabullan , Dios tiene un pueblo que no miente;

Hombres y mujeres que no sean demasiados perezosos como para trabajar, ni demasiado orgullosos como para rebajarse a ser pobres;

Hombres y mujeres que estén dispuestos a comer lo que han ganado y a vestirse con aquello que han pagado;

Hombres y mujeres que no exploten a sus hermanos, dándoles sueldos miserables;

Hombres y mujeres que no se avergüencen de decir resueltamente “no” ni decir “no puedo”.

Pilatos perdió su oportunidad en esta vida, los Judíos también la perdieron por negar a Jesús como Hijo de Dios.

Dios esta buscando a Hombres y Mujeres que den la talla. Busca a los que puedan reunirse alrededor de una fe común, que puedan unir las manos en una tarea de salvar a un mundo condenado. 

Cierto es, que huevo hombres leales a Dios y a su palabra, dieron sus vidas y testificaron de su fe. ¿Hay tales hombres y mujeres hoy? Yo creo que si. Dios tienen a hombres y mujeres que en aquel día proclamara el último pregón, Cristo Vienen. Apoc. 22:14 Amen. Amen. 
Maranata.
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