domingo, 9 de octubre de 2016

VIDA ETERNA.


Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. Gálatas 6:8.
En esta vida ocurren misterios que no podemos describir por su naturaleza, y que este no es el foro adecuado, digo esto por experiencia propia con mi madre. 

La historia que hace años hoy ocurrió en la Pakistán. Una madre cuya hija de dos años y medio había sido enterrada. La niña había muerto en Sábado. El domingo de noche la madre tuvo un sueño en el cual un anciano vestido de blanco le decía: “Ve y excava la tumba, y hallaras a tu hija viva”. 

Cuando contó a sus vecinos el sueño, algunos se rieron, pero unos pocos creyeron . El lunes mucha gente fueron a la tumba que volvió a ser abierta. 

Hallaron a la niña chupándose el dedo gordo. Si me remito a lo que cierto día me contó mi madre, que cierto día pasaba mi abuelo con su compañero por el cementerio y vieron a una mujer joven sentada en su ataúd. 

¿Será una historia verídica, una fábula, o un milagro de Dios? El primero no lo se, el segundo si fue verídico, porque mi abuelo tubo que dar parte al cuartelillo de la G.C.. Yo sólo se la historia que me contaron. 

Una cosa sé, que la vida es apreciada por todos. La humanidad espera una continuidad de la vida después de la muerte. Y la Biblia es clara ( Ecl. 12:7; 9:5; Job.27:3; Sal. 115:17). Los hindúes creen en la reencarnación, que después de la muerte hay otra forma de vida. 

Los musulmanes creen que después de la muerte van al paraíso. Los católicos creen que na damas morir van al cielo o paraíso. Los indios de norte América se hacían sepultar con sus armas para estar seguros de que podrían cazar en la Tierra de la Caza. 

Los chino como otros países tenia la certeza que después de la muerte pasaban a otro mundo mejor. ¿Hay otra vida después de ésta? La respuesta es si. La Palabra de Dios aclara, que la Inmortalidad la tiene Dios (1º Tim.6:15-16).  

El hombre muere y no hay un traslado eminente al cielo o paraíso. Hay un periodo de espera en la tumba. Pablo nos habla de la primera resurrección cuando Cristo Venga por segunda vez (1º Cor. 15: 51-58; Apoc. 22:11-14). 

Las costumbres del paganismo o de la civilización no son ningún pasaporte a la vida eterna, “porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”. 

Su Espíritu nos enseña el plan de la salvación. Nos enseña ser obedientes a la voluntad de Dios. Nos fortalece la fe. El Espíritu llena nuestro corazón con su Palabra. Nos da un anticipo del reino celestial. Bienaventurados los que esperan la segunda venida de Cristo.
Maranata
Luis José de Madariaga.
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La Biblia a través del tiempo.
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