Y estaba asombrados de la incredulidad de ellos, y recorría las aldeas de alrededor, enseñando. Mar. 6:6
Jesús estaba en su tierra, en Nazaret. Se asombro de la incredulidad de la gente de allí. Debido a eso su obra fue estorbada. “Y no pudo hacer allí ningún milagro” (Mat. 6:5). Sólo unos pocos fueron sanados de sus enfermedades.
Si comparamos con los mucho que fueron sanados en otros territorios de galilea. Posiblemente nos asombraríamos la cantidad de gente que es incrédula en nuestro tiempo. ¿Podemos decir que nuestra situación a mejorado con respeto a los tiempos de Jesús?
La tristeza que debe tener Jesús es grande, a pesar del progreso, de los medios de comunicación, de las revistas y libros, y a pesar de tener la Biblia en todos los idiomas.
El vangelio haya avanzado tan lentamente y la obra que dio a sus discípulos todavía no esta terminada?
La incredulidad de sus días desafío a Jesús, y él visito las aldeas enseñando. Si echamos un vistazo al continente Americano, norte y sur, la obra avanza, Si miramos a Europa, se estanca y retrocede, si miramos al Pacifico Sur progresa , pero en el norte decrece.
¿Que esta ocurriendo? En los tiempos de Cristo la gente era religiosa. Creían en los profeta y en las profecías Mesiánicas. Pero no quisieron creer en Cristo. No es maravilla que haya dicho: “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra” (Mar. 6:4).
Para hacer frente a esa incredulidad, Jesús pasó muchas noches en oración, en comunión con su Padre, meditando acerca de las tinieblas espirituales del pueblo y de cómo hacerles frente. La condición espiritual del mundo hoy es la misma, tenemos un desafió para el pueblo de Dios.
Muchos están dormidos en cima de una parra. Otros están dormitando en las cosas de este mundo. Y otros están orando para que aya un despertar en el pueblo de Dios.
La condición espiritual del mundo debería ser un desafió para nosotros. El quiere que contemos lo que ha hecho por nosotros, y cuan grande es su amor por la raza caída.
Pablo dijo: “los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; Pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu piensa”. (Rom. 8:5).
Cuando las cosas del Espíritu sean nuestras, ayudaremos a otros a vencer la incredulidad.
“Conviértase los jóvenes, adultos y ancianos hoy día, los que creen en la Biblia en la mano, como receptores y transmisores de su energía vivificadora y fluirán hacia el mundo corriente de bendiciones” (L.E. p. 187). El desafío de la incredulidad está ante nosotros. Levantémonos hacerle frente. El Espíritu de Dios nos ayudará.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
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