Todos tienen que aprender cotidianamente ciertas lecciones en la escuela de Cristo, y tienen que obtener una experiencia diaria, para que puedan comprender su deber hacia sus hijos.
Muchas personas honradas y bien intencionadas no progresan en la vida cristiana porque no ven la necesidad de aprender constantemente más de Jesús. Después de convertirse, se regocijan porque se han decidido por el Señor. Un año más tarde, dan el mismo testimonio.
Tened fe en Jesús como vuestro ayudador. Recordad que no necesitáis elegir vuestra propia obra, o seguir vuestros propios caminos, sino mirar a Jesús como vuestro guía y modelo. Mantened su ejemplo siempre delante de vosotros, y demandad constantemente qué será lo agradable a sus ojos. Aprended de él lecciones de abnegación y sacrificio propio.-YI 5-12-1883. 92
G. W.
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