
No era el propósito de Dios que sus hijos se apiñaran en ciudades, para vivir amontonados desordenadamente en casas de apartamentos. En el principio puso a nuestros primeros padres en un jardín en medio de los hermosos paisajes y suaves sonidos de la naturaleza, y desea que sus hijos se deleiten hoy con esos panoramas y sonidos. [ Todo depende de las posibilidades de cada uno].

Me ha sido mostrado que las ciudades se llenarán de confusión, violencia y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta el fin de la historia de este mundo. (foto violencia en las calles).
Es tiempo que nuestro hermanos lleven a su familias lejos de las ciudades a localidades más retiradas, sí no muchos jóvenes, y también personas de más edad, serán entrampados y llevados por el enemigo. ¡Salid de las ciudades! ¡Salid de las ciudades! Este es el mensaje que el Señor me ha estado dando.
El ruido y el bullicio que las llenas, las condiciones que en ellas crean los sindicatos y las huelgas, impedirán nuestra obra. Ciertos hombres tratan de lograr que los obreros de diferentes oficios se agremien.[Los sindicatos de diferentes países]. Tan no es el plan de Dios, sino el de un poder que de ningún mod

La palabra de Dios se cumple: Los malos se están atando a sí mismos en manojos, preparándose para ser quemados. Debemos emplear ahora todas las capacidades que se nos han confiado para dar al mundo el último mensaje de misericordia. En esta obra debemos conversar nuestra individualidad.
No debemos unirnos a sociedades secretas ni a sindicatos. Debemos permanecer libres en Dios y mirar constantemente a Jesús. . . Las impías ciudades de nuestro mundo serán de

Nos ha dicho: "De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su ramas están tiernas, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que [el Hijo del hombre] está cerca, a las puertas." (Mat. 24:32,33).
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