El Ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. Sal.34:7.
La gran controversia entre Cristo y Satanás, sostenida desde hace cerca de seismil años, estar por terminar: y Satanás redobla sus esfuerzos para hacer fracasar la obra de Cristo en beneficio del hombre y para sujetar las almas en sus lazos.(foto. Dios manda a su ejercito de ángeles para defendernos).
Su objeto consiste en tener al pueblo en las tinieblas y en la impenitencia hasta que termine la obra mediadora del Salvador y no haya más sacrificio por el pecador.
Cuando no se hace ningún esfuerzo especial para resistir a su poder, cuando la indiferencia predomina en la iglesia y en el mundo, Satanás está a su gusto, pues no corre peligro de perder a los que tienen cautivos y a merced suya.
Pero cuando la atención de los hombres se fija en las cosas eternas y las almas se preguntan: "¿Qué debo yo hacer para ser salvo?" él está pronto para oponer su poder al de Cristo y para contrarrestar la influencia del Espíritu Santo. . .
El poder y la malignidad de Satanás y de sus huestes podrían alarmarnos con corazón, si no fuera con el apoyo y la salvación que podemos encontrar en el poder superior de nuestro Redentor.
Proveemos cuidadosamente nuestra casa con cerrojos y candados para proteger nuestros bienes y nuestras vidas contra los malvados; pero rara vez pensamos que los ángeles malos que tratan continuamente de llegar hasta nosotros, y contra cuyos ataques no contamos en nuestra propia fuerza con ningún medio eficaz de defensa.
Sí se le dejara, nos trastornaría la razón, nos desquiciarían el cuerpo, destruirían nuestras propiedades y nuestra vidas. Solo se deleita en el mal y en la destrucción. Terrible es la condición de los que resisten a las exigencias de Dios y ceden a las tentaciones de Satanás, hasta que Dios loss abandona al poder de los espíritus malignos. (foto.ángel caído, bajo a la tierra para destruir al hombre).
Pero los que siguen a Cristo están siempre seguros bajo su protección. Ángeles de gran poder son enviados del cielo para ampararlos. El maligno no puede forzar la guardia con que Dios tiene rodeado a su pueblo.
SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS.
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*SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS*
*CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CCXIII (213)*
*Daniel 8:14. /C*
*Unas de los aspecto de debe de dejar clar...
Hace 21 horas
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