EN EL VALLE DE LAGRIMAS.

De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como naufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frio y en desnudez. 2º Cor. 11: 24-27.

Pablo empieza a contar su historia cristiana, no sólo las cosas buenas, sino las cosas que ha sufrido por causa del evangelio. 

Hoy el cristiano nos quejamos por nada, a cualquier cosa decimos que sufrimos mucho. 

Si los verdaderos cristianos hubiesen sufrido las torturas de la Inquisición, oh las torturas de los Sarracenos, no nos quejaríamos tanto los cristianos por las pruebas que pasamos. 

Hace un mes perdí a un sobrino por el Covid-19, todos sufrimos la perdida. Lo importante no es vivir, sino cómo vives para Cristo.

Creo que Pablo podría evitarse todo esos sufrimientos, si se hubiera quedado en su casa, y trabajar en su zona. Pero Pablo era un hombre comprometido con la obra de Dios. 

Entendía que el evangelio había que llevarlo al mundo. 

Pablo tenia una meta trazada y debía de cumplir esa meta, aun precio y un costo de sufrimientos, pero todo ello lo dio por perdido. 

Vivimos en un mundo de pecado y maldad, las huestes satánicas, están tratando de causar todo mal posible para echar la culpa a Dios de todos los problemas de la tierra. 

Se historias de pastores que una vez conté en este blogs, que le ponía los pelos de punta a los cristianos. Pero ellos lo daban como ofrendas a su Dios. 

Tiempo vendrá en que los hijos de Dios pasarán por pruebas y dificultades.

Lo que estamos pasando ahora son gotas insignificantes para el cristiano. Pablo tenia sus ojos puesto en Cristo, lo que deberíamos hacer nosotros.

Los hijos de Dios, deberían mirar al futuro, dónde Cristo nos ha prometido el poder para sobrellevar las pruebas. Pablo llego a decir: Todo lo puedo en Cristo Jesús que me fortalece. 

Nosotros los cristianos, que esperamos la venida de nuestro Salvador, deberíamos preocuparnos más por los que están sufriendo las consecuencias de esta pandemia. 

Y aun más por los que están sufriendo una crisis espiritual. Pablo tuvo que soportar las intimidaciones de los judíos. 

Desde su rehabilitación en Damasco se había enfrentado a muchas dificultades y peligros. 

Demostró un valor y osadía al predicar a un Salvador resucitado. 

Los tiempos en que vivimos no difieren mucho de aquellos. Todos los que han aceptado a Cristo como su Salvador, deben seguir el ejemplo de Pablo. 

Muchos se perderán si no contribuimos a su salvación, Ya que Dios nos demandara su sangre. Cada soldado de Cristo, tiene que hacer su parte, sea esta pequeña o grande, pero todos tenemos una parte que hacer.

MARANATA.

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