El texto de hoy, en que Jesús está explicando una parte de la parábola del sembrador, describe a las personas que, en cierto modo se parece al aniño que esperaba asistir a una fiesta de cumpleaños, sospechaba que la fiesta iba aser una sorpresas.
Pero el niño comprendió que la fiesta era para otro niño. El gozo del niño se desvaneció rápidamente, y se marcho de la fiesta. Bienaventurado son los que escuchan la palabra.
Hay un gran gozo en escuchar la palabra de Dios, estos son los que saben escuchar. ¡Claro que hay un gran gozo escuchar la palabra de Dios!
Jesús al enseñar acerca de él y de las cosas que han de acontecer antes de que todo sea consumado.
Cristo enseñaba lo
que el hombre necesitaba saber para su salvación. En la Biblia esta todo lo que podemos saber de la redención del hombre.
Él atrae a hombres y a mujeres a tener una relación santificada con Cristo.
El Espíritu Santo obra suavemente en los corazones y en las mentes de las personas. Les da entendimiento para comprender las cosas espirituales, y para que estén dispuestas a poner su confianza en Jesucristo, y aceptarlo como su salvador y Redentor.
Pero vivimos en un mundo no esta dispuesto a escuchar las nuevas de salvación. Cuando las personas descubren que Cristo y el Padre son por naturaleza misericordiosos, la personas se entregan a él.
Cuando el Espíritu Santo reproduzca el carácter Cristo en nosotros. Generara virtudes semejantes a las de Cristo en nuestra vida (Gala.5:22,23).
Por medio de sus sangre recibimos la victoria sobre los pecados (Apoc.12:11), y el Espíritu Santo nos capacita para caminar en fidelidad a os mandamientos de Dios.
Al capacitarnos Cristo para vivir una vida semejante a la suya, nos capacita para servir a los que están sin esperanza en este mundo.
Él llama al hombre y a mujeres a diferentes ramas de su ministerio, para terminar la obra que Cristo empezó en Galilea.
La parábola del sembrador enfatiza el
privilegio del cristiano recién nacido del pasar del estado de
platero de vivero al de una planta madura. El gozo del creyente flamante no es en sí mismo una base adecuada parar alcanzar una lealtad duradera. A menos que uno avance a una experiencia centrada en Dios.
Nada hay en el universo que pueda producir un gozo tan permanente como el hecho de estar arraigado en Cristo Jesús.
MARANATA.
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