Y se levanto Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella. Gén. 28:18.
Jacob había despojado a su hermano de la primogenitura y tenía que huir por temor a su vida. La noche lo hallo en el desierto cerca de Jerusalén, pero no quería ir a la ciudad por miedo de su vida. Puso una piedra de almohada.
Durante el sueño Dios se le revelo, le prometio sus bendiciones a Jacob, y que volvería a su tierra natal. Jacob uso su almohada como un altar.
Derramo aceite y se convirtió en un monumento para rememorar la revelación que había recibido de Dios.
Esa “columna” no fue en ningún sentido convertida en un objecto de culto. El culto de las columnas ciertamente existía entre los cananeos, y fue prohibida por Dios.
Según la leyenda hay una piedra que forma parte del trono de la coronación en la abadía de Westminster, en Londres.
Esta había sido traída de jerusalén a Irlanda. La obtuvieron los Escoceses y la colocaron debajo del trono en el palacio del rey en Scone, Escocia.
Un grupo de osados Escoceses llevaron devuelta a Escocia. Mas tarde fue devuelta a la abadía Westminster. “Se dice que era la piedra de Jacob que uso de almohada.
Cosa que pongo en duda, conociendo la historia de la Edad Media y sus supersticiones. Hay otra piedra que se origino en Tierra Santa. Muchos han arriesgado sus vidas, millones han muerto por esa piedra.
La piedra que fue rechazada por aquellos a quienes Dios confió el plan de salvación.
La piedra rechazada, sin embargo, llegó a ser la principal Piedra de ángulo en el templo espiritual de Dios en su iglesia.
La piedra de ángulo es Cristo y es la piedra fundamental para edificar la iglesia. Es la piedra de la salvación del hombre.
Es el fundamento y no hay otro fundamento dado a los hombres. En cierto sentido somos piedras.
Así como la piedra que uso Jacob como almohada, llegó a ser una señal y un altar, también, en Cristo, llegamos a ser columnas en su iglesia.
¿Que clase de piedras somos? ¿Somos piedras de arenisca que se desgastan y se deshacen en las tormentas de la vida, o somos rocas sólidas, inexpugnables, indestructibles? Jacob vertió el aceite sobre la piedra que usó como señal.
Dios derramará el aceite de su Espíritu sobre nosotros. El aceite de su Espíritu nos saturar, y nos robustecerá para enfrentar los eventos de la vida, y nos preservará en el tiempo de la prueba.
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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segunda venida apocalíptica.
La
Biblia a través del tiempo.
Ver
La película del Deseado de
Todas las Gente. En
Bendiciones, José Luis, hay historias que están más allá de nuestra comprensión, y la Piedra del Destino esconde una historia Bíblica muy importante, quedo a tus órdenes. Dios te bendiga. Promopromoserv@hotmai
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