miércoles, 30 de abril de 2014

PRIMERO SU VOLUNTAD

La lámpara del cuerpo es el ojo; a´si que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz. (Mt. 6:22).

Si tuvieras que clasificar tus facultades físicas por orden de importancia. ¿qué lugar le darías a ti ojo?  En primer lugar yo pondría mi capacidad de razonar y en segundo mi ojos.  Nuestros ojos espirituales son los filtros o intérpretes de cada pensamiento registrado por la mente.

Si son malos, si están empeñados con la neblina del egoísmo, entonces la vida toda está en tinieblas.  Este texto nos enseña que hay que darle el primer lugar a las cosas más importantes.  No sólo debemos dedicar lo mejor de nuestro tiempo a las cosas espirituales; también a la voluntad de Dios debe ocupar el primer lugar en nuestra vida.

Leí en cierta ocasión un articulo que decía: "El joven que aún no ha pasado los veinte años es un pobre juez de la idoneidad de una persona tan joven como él para ser la compañera de su vida", me rebele contra este articulo. (M.P.J. p.449).  Como adolescente me costó mucho aceptar este consejo en mi vida.

En el transcurso de mi vida, aprendí que este era un buen consejo, a los 27 años conocí a la mujer de mi vida, y cuanta gracias tengo que dar a mi Dios, la amo como el primer día en que la vi.

Luego leí "el hábito de permanecer levantado hasta una hora avanzada de la noche es corriente entre los jóvenes, pero no agrada a Dios, aun cuando los dos seáis cristianos.  
Estas horas inoportunas perjudican a la salud, inhabilita la mente para desempeñar los deberes del próximo dí, y tienen la apariencia del mal. . .  Si sólo tiene en vista la gloria de Dios. . . no permitirás que un sentimentalismo amoroso ciegue de tal modo la visión que no puedas discernir los derechos que Dios tiene sobre ti como cristiano". (Ibi, p.433).

A lo largo de mi vida estos consejos, me hicieron recapacitar sobre mi vida, ya que yo era un joven que trasnochaba mucho, y al día siguiente me sentía cansado y agotado.  Así que me hice barias preguntas: 1º ¿Es suficientemente bueno mi ojo, como para dejar que la luz de la voluntad divina pase por él y penetre en mi voluntad?

2º ¿Quién gobierna mi vida, Dios o yo mismo? 3º Qué consejo sigo en primer lugar, el de Dios o el mío propio?  4º ¿A donde me conducirá el camino que tome?  En cierta ocasión de mi vida de explorador, tu be que tomar una decisión que me llevaría a la muerte o a la vida.

Me encontraba en el desierto de Sajara con mi sobrino, teníamos que llegar al desierto de Merzouga, había tanta pistas que no sabíamos cual escoger, vimos algunos coches en el desierto con el mismo problema que teníamos nosotros, pero teníamos un guia berebere que en contamos y nos saco del apuro, llegamos a merzouga al sur de Marruecos.  Esto causo un gran impacto en mi vida, hasta el día de hoy.

Después de años de aprendizaje he llegado a la conclusión de que la inmensa mayoría de mis problemas y aflicciones era de no haber puesto a Dios en primer lugar de mi vida. 

 Encontré una promesa que me hizo mucho bien: "No tenemos nunca por qué sentirnos solos.  Los ángeles son nuestros compañeros.  El Consolador que Cristo prometió enviar en su nombre mora con nosotros.  En el camino que conduce a la ciudad de Dios, no hay dificultades que no puedan vencer quienes en él confían.  No hay tristeza, ni dolor ni flaqueza humana para la cual él no haya preparado remedio. (MC.192).
Maranata. 

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