Por un tiempo se levantó una plataforma de madera en una de las principales calles de Jerusalén. Aunque las paredes de esta ciudad habían sido reconstruidas, se podía ver en ella las huellas del desgaste.
Esdras, "un escriba diligente en la ley de Moisés" (Esd. 7:6), judío culto perteneciente a la clase sacerdotal, subía diariamente y leía del libro de la ley que por años había sido terriblemente descuidado. Durante una de esas lecturas, dio una orden al pueblo.
Debía ponerse de pie y alabar a Dios por su misericordia y su bondad. Las palabras de nuestro texto fueron la apertura de ese servicio de alabanza.
Para la gente del siglo XXI, una frase de este texto es de particular importancia. Luego de alabar al Señor como el único Creador de la bóveda celeste, la tierra, los mares y todo lo que en ellos hay, los judíos afirmaron que Dios es quien sostiene toda la creación.
Al principio del siglo XVIII, una corriente filosófica conocida como deísmo, fue promulgada por hombre como Votaire y Rousseau. Una de sus premisas principales es que Dios le dio al mundo el impulso inicial y luego lo abandonó a su suerte.
Decían que Dios era el relojero que había puesto en marcha el tic tac de la vida, pero que ésta había continuado sin importarle, y sin depender de él para nada. Esta creencia ponía automáticamente en tela de juicio la divinidad Providencia y el amor expresado en el plan de la salvación.
Vivimos en un mundo casi ateo, la evolución se da en las Universidades, en los colegios, aun en las aulas de los mas pequeñitos. (de infancia), ¿Hasta donde va allegar el ser humano? ¿existe fe en la tierra?
¿Tenemos tal vez tendencias deísta, o realmente creemos que Dios tiene interés personal en cada uno de nosotros? ¿Es el Creador quien impulsa en este momento los latidos de nuestro corazón? ¿El grano de trigo germina y la planta crece porque en algún momento del pasado lo "programo" así, o Dios le da la vida a la semilla junto con la capacidad de brotar?
Nuestro texto nos asegura que Dios no sólo obró en el principio, sino que también sostiene día a día lo que hizo. Los cielos cuenta la gloria de Dios, el hombre nunca llegara al conocimiento pleno de la existencia del universo.
Maranata.
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