"Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a todo criatura", es la orden de Cristo. . . No quiere decir esto que todos sean llamados a ser pastores o misioneros en el sentido común de la palabra; pero todos pueden ser colaboradores con él para dar las "buenas nuevas" a sus semejantes. (foto. El sembrador con paciencia siembra).
Se da la orden a todos, grandes o chicos, instruidos o ignorante, viejo o jóvenes.
Sobre todo aquel que conoce la verdad para este tiempo descansa la responsabilidad de darla a conocer a todos. Los siervos de Cristo son en gran medida responsables del bienestar y la salvación del mundo
Han de ser colaboradores de Dios en la obra de ganar almas para C
(foto. El sembrador pide ha su Dios que bendiga la cosecha, su obra a terminado).
La de Cristo en la cruz del Calvario despierta la conciencia para que perciba el carácter odioso del pecado como no puede hacerlo ninguna otra cosa. Suspendido en la cruz, Cristo era el Evangelio. . . "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29).
¿No mantendrán nuestros miembros de iglesia sus ojos fijos en un Salvador crucificado y resucitado, en quien se cifran sus esperanzas de vida eterna? Este es nuestro mensaje. . . para los impenitentes, nuestra exhortación para los afligidos, la esperanza para cada creyente.
Si podemos despertar en la mente de los hombres un interés que les haga fijar sus ojos en Cristo, podemos hacernos a un lado y pedirles que continúe fijando sus ojos en el Cordero de Dios. Aquel cuyo ojos están fijos en Jesús, lo abandonará todo. Morirá al egoísmo. Creerá en toda la Palabra de Dios que está tan gloriosa y maravillosamente exaltada en Cristo.

G. W.
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