domingo, 10 de abril de 2011

UN TIEMPO DE DECISIÓN.

Escogeos hoy a quién sirváis. Jos.24:15.

Hoy el mundo está loco: Una demencia se ha apoderado de hombres y mujeres, y los están precipitando hacia la ruina eterna. Prevalece toda clase de complacencia
, y los hombres se han infatuado tanto en el vicio que no escuchan llamados ni amonestaciones.(foto. Muchas personas se trasladaban a otros lugares para predicar el evangelio)

El Señor les dice a los habitantes de la tierra: "Escogeos hoy a quién sirváis". Todo están decidiendo ahora su destino eterno. Los hombres necesitan
que se les haga comprender la solemnidad de la obra, la cercanía del día cuando terminará el tiempo de prueba. Dios no le da a nadie el mensaje de que pasarán cinco, o diez años antes que termine la historia de esta tierra.

No quiere dar escusas a ningún ser viviente para demorar la preparación para su advenimiento. No quiere que nadie diga, como el siervo infiel: "Mi Señor tarda en venir", pues esto conduce al temerario descuido de las oportunidades y los privilegios que se nos dan a fin de que nos preparemos para ese gran día.

Todo aquel que pretende ser siervo de Dios, está llamado a prestar servicio como si cada día fuera el último. . . Hablad de la pronta aparición del Hijo del hombre en las nibes del cielo con poder y gran gloria. No posterguéis aquel día. . .(foto. los ángeles quieren colabora en el hombre. ¿Aceptaremos la invitación?

Esta es la gran preocupación que cada cual debe sentir. ¿Está perdonados mis pecados? ¿Ha quitado mi culpa Cristo, el Portador del pecado? ¿Tengo yo un corazón limpio, purificado por la justicia de Cristo?
¡Ay del alma que no esté buscando refugio en Cristo! ¡Ay de los que de alguna manera apart
a la mente de la obra e inducen a algunas almas a ser menos vigilantes ahora. . .

La gran obra de la cual no debiéramos desviar nuestra mente consiste en averiguar cuál es nuestra situación personal frente a Dios. ¿Está asentados nuestros pies sobre la Roca de los siglos? ¿Nos estamos escondiendo en el único Refugio? (foto. seamos peregrinos para salvar las almas que perecen).

La tormenta se avecina con furia implacable. ¿Estamos preparados para hacerle frente? ¿Somos uno con Cristo así como él es uno con el Padre? ¿Somos herederos de Dios y Coherederos con Cristo?. . . El carácter de Cristo debe ser el nuestro. Debemos ser transformados por la renovación de nuestro corazón. En esto consiste nuestra única seguridad. Nada puede separar a un cristiano viviente de Dios amen.
G.W.

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