“
Y dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” Gén. 22:2.Si Dios te hiciese esta pregunta a ti: ¿que le responderías? Tu fe soportaría la prueba. O que, ¿responderías a Dios?
Hasta donde llega nuestra fe. Piénsalo, no te precipites, Dios nos llama a tener una experiencia personal con Dios.
Creo que estas palabras fueron pronunciadas lentamente. Dios quería que Abraham comprendiese el significado de la petición de Dios.
Al llamar Dios a Isaac “tu único hijo” quería demostrarle que sólo él era considerado como heredero legítimo de la promesa.
El monte Moriah, es el monte donde David construyó el templo, al norte de la ciudad de David y al oeste del valle de Cedrón. La tierra de Moriah estaba en torno a jerusalén.
En aquella época era normal sacrifica sus hijos a los dioses. Aunque Dios prohibía explícitamente los sacrificio humanos.(Lev.18:21).
Abraham tenía la costumbre de mirar el cielo y verlo cuajado de estrellas, y dirigirse a Dios en oración. La ansiedad conmovió su corazón.
Como Dios me dice que mi descendencia será como el firmamento cuajado de estrellas. Y por otra parte me manda sacrificar a mi hijo.
¡Que dudas deben haber atormentado su mente! ¿Cómo podía dormir? Se levantó muy temprano para adorar a Dios.
Una costumbre que deberíamos practicar todos los hijos de Dios. Pero Abraham no reflexiono, obedeció.
Su única esperanza se cifraba en que Dios podía resucitar a su hijo. Muchos hijos de Dios están pasando por grandes pruebas, pero no sabemos el motivo. Pero Dios si.
Antes de que Cristo venga en su gloria, su pueblo pasará por pruebas insospechables, para ser pulidos como se pule el oro en el horno.
La prueba de Abraham era la más severa que pudo haber tenido el ser humano.
Si se hubiera apartado de Dios, jamás se le había conocido como el padre de la fe.
La fe es la base del cristiano, sin fe es imposible conocer a Dios. Para Abraham fue duro el camino, para nosotros que tenemos más conocimientos del amor de Dios,
será la prueba de demostrar nuestra fe en el dador de la vida. Abraham dependió de Dios por qué le conoció, y ando con Dios.
Muchos hombres de fe, confiaron en la Palabra divina y dieron su vida por ella. En el día de la resurrección, se sentarán con Abraham.
MARANATA.
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