Cuando se levanta contra nosotros las calumnias, infundadas por personas que aparentemente son amigas o amigos, nos llenas de tristeza nuestros corazones.Y nos preguntamos.
“¿Como esta persona pudo hacerme esto? ¡Cómo!” Nos olvidamos muy a menudo, que nuestras palabras están registradas, y que en su día daremos cuenta a Dios de ellas.
El cristiano es muy olvidadizo, pero somos rápidos en ofender. El cristiano ofendido, siente un dolor dentro de su corazón, pero ante tales hechos injustos, debemos refugiarnos en el salmo 23:4.
“Dios conforta nuestra alma y nos guiará por sendas de justicia por amor e su nombre.” En la vida del cristiano, sufrimos enfermedades que no podemos comprender, y a veces nos quejamos ante nuestro Dios.
Le preguntamos: “¿Porque?” Los caminos de Dios son inescrutables, por más que lo queramos comprender, no lo entenderemos nunca.
Recordemos que Job sufrió mucho, pero nunca se quejo a Dios, en su boca estaba siempre la alabanza.
Es fácil tener una buena opinión de Dios cuando todo nos va bien. Pero a medida que pasan los años por nosotros la vida se vuelve más difícil y complicada, y nuestra visión de Dios a menudo cambia.
No olvidemos que a Cristo le criticaron, le escupieron y lo clavaron en un madero. ¿Se quejo? Criticó a sus adversarios, ¡No! Demostró amor por sus enemigos, y ese amor salvo multitudes de alamas.
El cristiano debe de formar su carácter a través de las pruebas, las críticas, y los sufrimientos de la vida. Sabemos que cada día el tentador nos tratara de hacernos sufrir, y usará todos los medios a su alcance.
Pero Dios honrará y sostendrá a toda alma leal y ferviente que está preocupada por caminar ante él en la perfección de la gracia de Cristo.
Nunca olvidemos, que él Señor Jesús nunca abandonará ni dejará a un alma humilde y temerosa. Si a Él lo humillaron, también nosotros sufriremos las injurias de los de más.
La grandeza del cristiano está escondida en Cristo y Cristo en nosotros.
Los cristianos que fueron perseguidos en le Edad Media, fueron criticados y perseguidos, pero nunca abandonaron la senda trazada por Cristo.
Ellos fueron por la “senda de justicia”, “caminaron por el camino correcto” porque conducía al destino correcto: a la casa de Dios.
Es importante comprender que, cuando Dios nos guía, no se trata de pasar una prueba, para llegar a nuestro destino.
Es más que eso, es para formar nuestro carácter y ser semejante al carácter de Cristo. Sin el cual no podemos ver a Dios.
Cuando te critiquen, ora por esa persona,para que Dios cambie su carácter. La oración del justo abrirá caudales de agua para la ciudad de Dios.
MARANATA.
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