Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Romanos 14:17.
¡ Cuán a menudo se lucha para acumular las cosas materiales! Parecen las cosas más importantes que existen. Significa seguridad y libertad de la necesidad. Pero para Dios las cosas materiales de esta vida no son demasiado importantes.
El reino que él ofrece a la humanidad es lo que cuenta. Ese reino no está compuesto de comida y bebida, cosas materiales. Esta son perecederas, pero el reino de Dios se establece para siempre. ¿De que está hecho el reino de Dios? Pablo contesta rápidamente a esa pregunta: de Justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
No necesitamos aguardar el retorno de Cristo para gozar de las bendiciones y placeres del reino de Dios. Pueden ser nuestro aquí en esta tierra y disfrutar de esas bendiciones.
Jesús mediante su vida sin pecado y sin manchas, nos mostró como podemos obtenerlo y disfrutar de ellos. ¡Pensemos!
La justicia puede ser nuestra. Ciertamente nacimos en pecado y vivimos en un mundo pecaminoso, material.
A todo nuestro alrededor están las cosas materiales, relucientes, que Satanás nos pone al alcance para mantenernos en una vida de pecado. No le importa si estamos atados a pecados grandes o pequeños, con tal que estemos atados.
No necesitamos ser sus prisioneros. Mediante la sangre de Cristo nuestro Salvador nuestros pecados pueden ser borrados. Job dijo: “Me vestía de justicia, y ella me cubría” (Job. 29:14). Su “amigo Eliú dijo que atribuiría justicia a su Hacedor (Job 36:3).
En una carta a los Corintios, Pablo nos asegura: “Estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hechos por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1º Cor. 1:30). En una bendición del reino celestial que nos ata a él donde quiera nos encontremos en la tierra.
Los que aceptan la justicia de Cristo, la paz de Cristo, como suya en la tierra tiene otro dividiendo divino: “Gozo en el Espíritu Santo”.
¿Qué mayor gozo puede haber que el compañerismo con el Espíritu Santo?
El es el lazo de unión entre Dios y el hombre. Nos da un anticipo de reino de Dios mientras todavía estemos aquí en la tierra. ¿Qué mayor gozo podemos tener que el de anticipar ahora las Bendiciones del reino venidero?
Maranata
Luis
José de Madariaga.
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