FORTALECIDOS CON PODER DEL CIELO

Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su espíritu. Efe. 3:16.
El poder que fortalece es el de Dios, el cual es transmitido mediante el Espíritu Santo. El mismo poder que convierte los seres humanos deben continuar en ellos para que haya crecimiento cristiano. 

Aquí es donde muchos cristianos fracasan, pues no reconocen que la perseverancia espiritual necesita de la gracia de Dios tal como la necesitaron en su conversión inicial. Es por eso que nos remite al último llamado para que el hombre se de cuenta de su situación.

El Apocalipsis, es la última profecía junto con Daniel de la Biblia, recalca la promesa de Jesús: “He aquí yo vengo pronto” Apoc.22:12). Es tanto una promesa como un desafió o reto para cada uno de los hijos de Dios. 

“He aquí yo vengo pronto” . ¡Es este el reto! ¿Tendrá cabida en nuestros corazones? El tiempo esta cerca y esto es un hecho consumado, Bíblica mente y profética mente. 

Dios nos apremia con su Espíritu, para que ahora mismo comencemos a predicar su célica Palabra, y él asegura que tendremos éxito. ¿Aceptarás o aceptaremos este reto tan sagrado? 

¿Harás tu parte o nuestra parte con fidelidad para sembrar la gran historia del calvario en todos los corazones del ser humano? Esta es una advertencia solemne. Vamos a todas las tribus, razas y pueblos, señalando el camino hacia el cielo con el lema “He aquí yo vengo presto”, 
Es el clamor de la media noche, clamor que abrirá los hogares de todo el mundo. 

Para cumplir las tareas que Dios en su bondad ha permitido que compartamos, no debemos depender sólo de nosotros mismos. Debemos tener a Cristo siempre presente. Debemos ser guiados por su Espíritu. 

Nadie puede hacer la obra de Dios con sus propias fuerza, ira al fracaso. En realidad, son pocos los que harán algo por Dios si su corazón y su vida no pertenece a él. 

Cuando los hijos de Dios salen para terminar su obra, sin reservas, cuando dedican tiempo a la oración y a la comunión con él, entonces el hombre interior es fortalecido con el poder de lo alto. 

Ese poder nos ayudará a todos, jóvenes y no jóvenes, a hacer frente al reto de ganar almas para Cristo. “To lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). Todavía queda una gran obra que hacer para Dios, ¡y el tiempo es tan corto! Seamos fuertes en Cristo.

Maranata

Luis José de Madariaga.

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