

Durante los mil años que transcurrirán entre la primera resurrección y la segunda, se verificará el juicio de los impíos. El apóstol señala este juicio como un acontecimiento que sigue al segundo advenimiento. (foto. El Juez y el escribano).
"No juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones". (1 Cor. 4: 5, VM).
Daniel declara que cuando vino el Anciano de días, "se dio el juicio a los santos del Altísimo" (Dan. 7: 22). En ese entonces reinarán los justos como reyes y sacerdotes de Dios. San Juan dice en el Apocalipsis:

"Vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar". "Serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años" (Apoc. 20: 4, 6). Entonces será cuando, como está predicho por San Pablo "los santos han de juzgar al mundo" (1 Cor. 6: 2). (foto. El juez juzga a los muertos en la 2º resurrección).
Junto con Cristo juzgan a los impíos, comparando sus actos con el libro de la ley, la Biblia, y faltando cada caso en conformidad con los actos que

También Satanás y los ángeles malos son juzgados por Cristo y su pueblo. San Pablo dice: "¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?" (Vers. 3). Y San Judas declara que "a los ángeles que no guardaron su original estado, sino que dejaron su propia habitación, los ha guardado en prisiones eternas, bajo tinieblas, hasta el juicio del gran día" (Jud. 6: VM).
Al fin de los mil añ
Los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años" (Apoc. 20: 5). E Isaías declara con respecto a los impíos: "Serán juntados como se juntan los presos en el calabozo, y estarán encerrados en la cárcel; y después de muchos días serán sacados a suplicio" (Isa. 24: 22, VM).
G.W.
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