Y recorrió Jesús toda Galilea, en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino. (mateo, 4:23).
"Abriendo su boca les enseñaba, diciendo Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" (mat.5:2.3). Estas palabras resonaron en los oídos de la muchedumbre como algo desconocido y nuevo.
Tal enseñanza era opuesta a todo cuanto habían oído del sacerdote o del rabino.
En ellas no podían notar nada que alentase el orgullo ni estimulase sus esperanza ambiciosas, pero este nuevo Maestro poseía un poder que los jedaba atónitos...
En la multitud que rodeaba a Jesús había algunos que sentían su pobreza espiritual...Había individuos acerca de cada uno de los cuales se podía decir que, en presencia de la pureza de Cristo, se sentían "cuitado y miserables y pobres y ciegos y desnudos" (Apoc. 3:17)...
Anhelaban "Anhelaban "la gracia de Dios que trae salvación" (Tito. 2:11)...
Refiriéndose a los pobres de espíritu, Jesús dice: "De ellos es el reino de Dios". Dicho reino no es, como habían esperado los oyentes de Cristo, un gobierno temporal y terrenal.
Cristo abría ante los hombres las puertas del reino espiritual de su amor, de su amor, su gracia y su justicia...Su súbitos son los pobres de espíritu, los mansos y los que padecen persecución por causa de la justicia.
De ellos es el reino de los cielos. Si bien aún no ha terminado, en ellos se ha iniciado la obra que los hará "aptos para participar de la suerte de los santos en luz" (Col. 1:12).
Todos los que sienten la absoluta pobreza del alma, que saben que en si mismos no hay nada bueno, pueden hallar justicia y fuerza recurriendo a Jesús... Os invita a cambiar vuestras pobreza por las riquezas de su gracia.
No merecemos el amor de Dios, pero Cristo nuestro fiador, es sobremanera digno y paz de salvar a todos los que vengan a él. No importa cuál haya sido la experiencia del pasado ni cuán desalentadora sean las circunstancias del presente, si acudimos a Cristo en nuestras condición actual: débiles, sin fuerza, desesperados, nuestro compasivo Salvador saldrá a recibirnos mucho antes de que lleguemos y nos rodeará con sus brazos amantes y con el manto de su propia justicia.
G. de W.
SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS.
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*SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS*
*CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CCXIII (213)*
*Daniel 8:14. /C*
*Unas de los aspecto de debe de dejar clar...
Hace 20 horas
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