Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la red. Sal. 25:15. Poesía es poesía y vida es vida. Felices aquellos que consiguen juntar ambas y hacer de la vida una poesía. David era un poeta. Sus salmos son obras maestras de la literatura hebrea. Es una pena que las traducciones tuvieron que sacrificar la forma, en favor de la exactitud del contenido.
En el salmo de hoy, el salmista usa una figura poética para expresar la importancia de la comunión diaria con Dios. "Mis ojos están siempre hacia Jehová", dice el salmo. Pero, ¿qué significa esto en términos prácticos? ¿Debemos estar todo el día en estado de contemplación? ¿Debemos salir de la realidad de la vida, para entrar en la dimensión romántica del misticismo?
Elevar los ojos al Señor significa separar todos los días un tiempo para orar, estudiar la Biblia y contarle a otros lo que él hizo en nuestra vida. Esto requiere esfuerzo, porque al ser humano natural no le gusta buscar a Dios. Huye de él. Es independiente. Trata de vivir solo, encontrar su camino solo, y en esta tentativa, acaba hiriéndose y lastimando a los que viven cerca de él.
Por tanto, separar todos los días tiempo para la oración, la testificación y el estudio de la Biblia, requiere una actitud premeditada, direccionada y trabajada.
Es más fácil hacer la señal de la cruz y salir corriendo. Mucho más fácil es repetir una oración de 30 segundos mientras te diriges al auto para ir al trabajo, y mucho más fácil todavía es vivir como si Dios no existiera.
Esta vida está llena de trampas. ¿Cómo llegar salvo al destino sin la orientación divina? En esas horas de meditación diaria, recibimos el consejo divino que nos abre los ojos para ver el peligro y "saca nuestros pies de la red".
Separa todos los días un tiempo para Dios. Tenlo presente a la mañana, a la tarde y a la noche. Despierta y acuéstate con los pensamientos direccionados hacia él. Inclúyelo en todos tus planes, proyectos y sueños. Déjalo participar de tus actividades diarias. Haz de él tu socio. En todo tiempo. Siempre. Cada minuto del día, y tú comenzarás a vivir una nueva dimensión de la vida.
Antes de salir hoy para el trabajo o para la escuela, repite con David: "Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la red".
Pr. Alejandro Bullón
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