Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá. Prov. 19:21.
Saulo de Tarso, educado a los pies de los más extraordinarios maestros de su tiempo, cabalgaba aquella noche, camino a Damasco, persiguiendo personas cuyo único delito era creer en Jesús. Joven todavía, se había integrado a las fuerzas armadas de su país y pensaba que si consiguiera exterminar a los "rebeldes", añadiría esa victoria a su hoja de servicios. Lo que ignoraba era que "muchos planes hay en el corazón del hombre", pero el designio del Señor es soberano.
La oscuridad de aquella noche fue rasgada por un brillo extraño. Nadie sabía definir de dónde provenía aquella luz. El terror se apoderó del batallón, soldados cayeron por todos lados, entre ellos el capitán Saulo, de cara al piso, comió polvo, y en medio del susto oyó una voz dulce que le decía:
-Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
-¿Quién eres tú, Señor? —preguntó el atónito perseguidor. Y la voz respondió:
-Yo soy Jesús, a quien tú persigues.
Aquella noche murió Saulo. Sus planes humanos, sus proyectos, sus aspiraciones en la carrera militar, todo fue enterrado en las arenas del desierto. Aquella noche nació Pablo, el siervo humilde, el misionero incansable, el pionero, el mártir, el hombre que, dejando la gloria de este mundo, escogió formar parte de la historia del cristianismo.
El versículo de hoy describe este hecho, que se repite cotidianamente en la vida del ser humano. El hombre hace planes. Desde el punto de vista de esos proyectos, se dan todas las condiciones para que se hagan realidad. Sueña, imagina el futuro, comienza incluso a vivir anticipadamente las glorias de un futuro que no llegó y, de repente, todo da un giro inesperado. Y las cosas no acontecen como pensaba.
Salomón no está diciendo que la criatura no debe hacer planes o vivir sin ellos. Muchas veces enfatiza la necesidad de planificar. Hacer planes es saber hacia dónde ir. Sin eso nadie llega a lugar alguno. Lo que el versículo de hoy enfatiza es la fragilidad de los planes humanos. Todo necesita ser depositado en las manos de Dios, porque él —inspirando o permitiendo— está en el control del universo y de la vida de cada nombre y mujer.
Haz planes de acuerdo a la voluntad divina. Consulta con Dios, porque "muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá ".
Pr. Alejandro Bullón
SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS.
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*SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS*
*CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CCXIII (213)*
*Daniel 8:14. /C*
*Unas de los aspecto de debe de dejar clar...
Hace 21 horas
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