LOS GRANDES MOMENTOS DE LA VIDA

La gloria de la Shekina revelada a Isaías. Una gloria indescriptible emanaba de un personaje que ocupaba el trono, y sus faldas llenaba el templo así como su gloria finalmente Isa. 6:1
Llenaría la tierra. La pregunta es: ¿Cuál es el problema espiritual más común de la actualidad? Muchos piensan que es el temor a lo desconocido. 

Oh ¿La falta de amor hacia los demás? Ciertamente todos ellos son importantes; pero en una forma menos espectacular, uno de los problemas espirituales más comunes es que en la vida de muchos de nosotros no ha ocurrido por lo menos en la teoría, nada extraordinario durante un largo tiempo. 

Lo cierto es que habrá un momento en nuestra existencia por está tierra que aya marcado nuestro rumbo. Pero si realmente creemos en una gloriosa eternidad. 

¿Podemos en verdad suponer que la vida ha de ser así como en la tierra, mustia, embotada de desastres naturales y de muerte? 

Cuando consideramos a Dios y sus asombroso caminos, y el infinito universo lleno de belleza que él creo. 

¿Podemos seguir siendo felices con los pensamientos insustanciales de este mundo? Ah no, no podemos. 

Porque cada día nos desafía los grandes acontecimientos que cambiarán completamente el curso de nuestra vida si así lo permitimos. Algunos de esos momentos pueden ser dramáticos y únicos en la vida. 

Así le ocurrió un día al profeta Isaías dentro del templo. Isaías estaba sólo en el templo, orando y meditando, el paso por una experiencia tan grande que cambió el sentido de su vida. 

¿No te a ocurrido a ti? Isaías vio al Señor alto y sublime. 

Ver a Dios constituye el más emocionante milagro de su vida. Sabemos que para el cristiano hay momentos que pueden constituir escalones hacia más profundas experiencias. 

Algunos cristianos encuentra su gran momento mientras caminan en la oscuridad. Entonces ve al final del túnel la luz que amanece en su corazón, y da su vida a su Maestro. 

Cada uno encuentra su camino en sitios menos esperados y ven la luz que los conduce a Cristo.Cristo en nosotros es la semilla de la nueva vida que da su fruto a su tiempo. 

Quiera Dios que valoremos nuestro gran momento y contestemos como lo hizo el profeta Isaías: “Heme aquí, envíame a mí”.
[Os pido que oréis por mi. 
Tegon una alergia que me ataca todo el cuerpo y los ojos, y no tengo ganas de hacer nada. Os ruego humildemente que oréis por mi, para que siga haciendo esta obra. Que Dios os bendiga].

Maranata:

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