Testo de memoria.
Y oí como la voz de una gran compañía, y como el ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya; porque reinó el Señor nuestro Dios Todopoderoso. (Apc. 19:6).
La compañía de Dios es algo que nos ha fascinado desde nuestra infancia. De hecho, los niños suelen sentarse con su padre y hacerles todas clase de preguntas humanas con las cuales el niño quiere respuestas del poder divino.
Pregunta el niño a su padre: "¿Papa Dios esta en Europa?" y "¿en África al mismo tiempo?" "¿cuando comenzó su existencia?" "¿Puede cambiar el hierro en oro?" "¿puede Dios cambiar al hombre?" Los niños en su mundo quieren respuestas sencillas, ¿Como nace una flor y como muere al día siguiente? Cuando Cristo estaba con los niños, les contaba como nacía una flor, y como crecía. Les decía, el viento , la lluvia y el sol son elementos que Dios ha puesto para hacer crecer la flor.
Pero la realidad es que cuando dejamos de ser niños queda atrás todavía y continuamos maravillados de un Dios todo poderoso. Nuestro discernimiento puede adquirir una fachada de madurez; pero las preguntas y las dudas persisten. Todavía nos preguntamos cuando nos sobreviene las pruebas; "Si Dios es omnipotente, y el niño grande se pregunta "¿por qué no Dios no pone fin a la crueldad delos hombre?"
"¿Por qué esta intrigas políticas y sociales?"
"¿por qué el rico es más rico y el pobre más pobre?" "¿por qué continua el pecado?"
Dios doto al hombre con el don más preciado del universo: el libre albedrío. La libertad de decir uno mismo. "¿por qué no nos nace en nuestro interior lo bueno, lo noble,lo hermoso?" La pregunta es "¿es eso realmente lo que deseamos en nuestro corazón?" "¿Deseamos de que se nos prive de toda las posibilidades de realizar en nosotros un carácter y una santificación en nuestro interior?"
Si esto fuera así, entonces la vida eterna nunca podría existir, por qué no dejaríamos al Espíritu Santo obrar la verdadera transformación, solo se ira al cielo con el carácter que poseemos. Si el hombre reflexionara más en las cosas celestiales, y menos en las teorias humanas, en los placeres de esta vida, entonces no habría mas guerras ni más egoismo en el mundo.
Pero cuando reflexionesmo en estas cosas, nos sentiremos más embargados por una profunda gratitud poe el plan de salvación que Dios ha preparado tal como fue trazado en el cielo. Yo personal mente no lo cambiaría por nada de este mundo. Dios a dado una promesa, estare convosotros hasta el fin del mundo. Amen.
SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS.
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*SECCIÓN CCXIV (214). DANIEL Y LOS DOS IMPERIOS*
*CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CCXIII (213)*
*Daniel 8:14. /C*
*Unas de los aspecto de debe de dejar clar...
Hace 21 horas
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