domingo, 5 de febrero de 2012

SOMOS SUS HIJOS.

Y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. 2 Cor. 6: 17, 18.

El Creador del universo se dirige a vosotros como un Padre afectuoso . . . Vuestro Padre celestial se ha propuesto haceros miembros de la familia real, para que por medio de sus grandísimas y preciosas promesas podáis llegar a participar de la naturaleza divina . . . (Cristo rodeado de su familia en la tierra).

Mientras más compartáis el carácter de los ángeles puros y sin pecado, y el de Cristo, vuestro Redentor, más vívidamente llevaréis la impronta del carácter divino, y más débil será la semejanza con el mundo.-T 2, 44.

"Y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas . . ." ¡Qué promesa se hace aquí con la condición de que seamos obedientes! . . . Promete ser un Padre para vosotros. ¡Oh, qué relación es ésta! Más elevada y más santa que cualquier vínculo terrenal. (foto. Los hijos que le sean fieles, serán sus hijos en la tierra Nueva).

Si hacéis el sacrificio, si abandonáis padre, madre, hermanas, hermanos, esposa e hijos por causa de Cristo, no quedaréis sin amigos. Dios os adopta en su familia; llegáis a ser miembros de la familia real, hijos e hijas del Rey que gobierna en los cielos de los cielos.-T 1, 510.

Si llamáis a Dios vuestro Padre -continuó-, os reconocéis hijos suyos, para ser guiados por su sabiduría y para darle obediencia en todas las cosas, sabiendo que su amor es inmutable. Aceptaréis su plan para vuestra vida.

Como hijos de Dios, consideraréis como objeto de vuestro mayor interés, su honor, su carácter, su familia y su obra. Vuestro gozo consistirá en reconocer y honrar vuestra relación con vuestro Padre y con todo miembro de su familia.-DM 91. (foto. allí en la tierra Nueva solo abra paz y armonía con nuestro hacedor).

Dios es nuestro Padre, un padre tierno y solícito por sus hijos espirituales. Ha prometido ser el protector, el consejero, el guía y el amigo de todos los que le obedecen.-Carta 79, 1898. 17
G.W.

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