
La tierra. . . se asemejaba a un desolado desierto. Las ciudades y las aldeas, sacudidas por el terremoto, yacían en ruinas. Las montañas, descuajadas de sus asientos, habían dejado grandes cavernas.
Sobre toda la superficie de la tierra estaban esparcidos los desmochados peñascos que había lanzado el mar o se habían desprendido de la misma tierra. (foto El mundo convertido en un desierto).
Corpulentos á
Allí quedaría Satanás recluido, vagabundo y errante por toda la tierra para ver las consecuencias de su rebelión contra la ley de Dios. Durante mil años iba a poder gozar del fruto de la maldición que había causado. (foto. Satanás atado y solo con sus ángeles en la tierra).
Recluido en la tierra, no tendría ocasión de ir a otro

Oí, de parte de los ángeles y de los santos redimidos, exclamaciones de triunfo que resonaban como diez mil instrumentos músicos, porque ya no se vería

Para el pueblo de Dios, el cautiverio en que se verá Satanás será motivo de contento y alegría. El profeta dice: "Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir, pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia. (foto. Todos los ángeles están atados como su líder)
[que aquí representa a Satanás], y dirás: ¡Cómo paró el opresor. . . ! Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro de los señores; el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad" (Isa. 14: 3-6,VM).
G. W.
No hay comentarios:
Publicar un comentario