(El cordero simvolo del sacrificio de Cristo).
El divino Autor de la salvación no dejó nada incompleto en el plan, cada una de sus fases es perfecta. El pecado de todo el mundo fue colocado sobre Jesús, y la Divinidad prodigó en Jesús su más alto valor a la humanidad doliente, para que todo el mundo pudiera ser perdonado por fe en el Sustituto. El más culpable no necesita tener temor de que Dios no lo perdone, porque será remitido el castigo de la ley debido a la eficacia del sacrificio divino. Mediante Cristo, puede volver a su obediencia a Dios. (foto: Cristo llora por este Mundo).
¡Cuán marav

¡Qué maravilloso amor fue desplegado por el Hijo de Dios!... Cristo toma al pecador en su más profunda degradación y lo purifica, refina y ennoblece. Contemplando a Jesús tal como es, se transforma el pecador y es elevado a la misma cumbre de la dignidad, llegando aun a sentarse con Cristo en su trono...
El plan de la redención responde a cada emergencia y a cada necesidad del alma. Si fuera deficiente en alguna forma, el pecador podría hallar excusa que defienda el descuido de sus requisitos, pero el Dios infinito conocía cada necesidad humana y ha hecho amplia provisión para suplirla... ¿Qué, pues, podrá decir el pecador en el gran día del juicio final sobre por qué se negó a brindar atención, concienzuda y ferviente, a la salvación que se le ha ofrecido? Cristo pago con su vida, por ti y pormi).
E. G. W.