LA REVELACIÓN DE CRISTO.

“Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió y les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista”. Luc. 24:30-31.

Era una noche no muy cálida en el aposento alto, Todos estaban reunidos y entristecidos por la muerte de su Señor. 

Había declinado el sol sobre las 6.30, y estaban todos reunidos junto a la mesa. 

El huésped se reclinó sobre la mesa, le ofrecieron un poco de pan, era el alimento básico y plato principal de esa cena. Es costumbre en el Oriente que el invitado bendiga los alimentos. 

Alzó las manos para bendecir el pan. Fue cuando los discípulos reconocieron que era Jesús. Podemos intuir el gozo que sintieron al ver a su Maestro entre ellos. 

Si nosotros hombres mortales, cuando recibimos a un hijo que hace tiempo que no lo vemos, sentimos gozo y una felicidad inmensa. Cuanto más ellos que vieron a su Señor en la mesa. 

La presencia de Cristo había iluminado el humilde hogar, y la gloriosas verdades que fueron repetidas, calmaron su dolientes corazones. 

Que dicha tendremos cuando Cristo, se siente en esa gran mesa celestial. Nuestro gozo será inmenso, que no hay palabras para poder explicarlo. 

Lo que experimentaron íntimamente estos dos discípulos será también la experiencia de los que escuchan con atención la voz del cielo que nos habla al corazón por medio de su palabra. 

Estos dos discípulos salen del aposento para encaminarse a su destino, no les importa las rocas o el camino escabroso, solo desean llevar la gran noticia. 

¿Esa es nuestra experiencia cuando vamos a llevar el mensaje de los tres ángeles? Cristo está mas cerca de lo que creemos. 

El mundo se está colapsando, esta llenos de baches y grandes piedras, pero nuestro deber como hijos de Dios viviente, debemos de llevar el último mensaje al mundo. 

Hay millones de seres humanos que no tienen el conocimiento del tercer mensaje de los tres ángeles. 

Sus mentes están oscuras, debemos acercarnos humildemente con el amor de Jesús, para darles las Buenas Nuevas de la salvación. 

Esta fue la misión de los dos discípulos.¿ Cual es la nuestra en estos tiempos en que vivimos? 

Cristo está más cerca de lo que pensamos. Si Cristo estuvo con los dos discípulos en el camino de Emaús, también estará con aquellos que estén dispuestos a ir a dar las buenas nuevas del amor de Jesús.

MARANATA.

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