jueves, 14 de enero de 2010

EL BUEN CAMINO

Así dijo Jehová: "Paraos en los caminos, mirad y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino. Andad por él y hallaréis descanso para vuestra alma'' Mas dijeron: "¡No andaremos!" Jeremías 6:16.

Este versículo ha sido usado algunas veces para decir que debemos vestirnos, andar y actuar como en la antigüedad. Pero el contexto en que se encuentra indica que el mensaje es diferente. "Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino. Andad por él", es el consejo divino. ¿Cuáles son esas sendas antiguas? ¿Cuál es ese buen camino? Cuando Jesús estuvo en la Tierra, dio personalmente la respuesta: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (S. Juan 14:6).

Jesús es el camino. Las personas se olvidan de los principios cuando se olvidan de Jesús. Se conforman con este siglo cuando se olvidan de Jesús. Comienzan a tornarse frívolas cuando olvidan el camino.

Abandonar las sendas antiguas no es simplemente dejar principios o normas morales. Abandonar las sendas antiguas es perder de vista el camino, y el camino es Jesús.

El profeta Jeremías afirma en el versículo de hoy que el resultado de retornar a las sendas antiguas es que el pueblo encontrará descanso para el alma. ¿Te acuerdas de que en cierta ocasión Jesús también dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros... y hallaréis descanso para vuestras almas" (S. Mateo 11:28, 29)?

¿Cuál era la invitación de Jesús? ¿Estaba Jesús diciendo, simplemente, que sus hijos retornaran a las costumbres del pasado, o que retornaran a él? Jesús vino a este mundo para dar sentido a una religión moralmente correcta, pero, a veces, practicada sólo externamente. Los hijos de Israel en ese tiempo habían perdido de vista mucho más que los principios morales: habían perdido de vista el camino. Tratando de hallar las sendas antiguas, estaban perdiéndose en una maraña de detalles y diezmando hasta la menta y el eneldo. Pero Jesús vino para decir a su pueblo: "Esos detalles no son el camino; yo soy el camino. Si mi pueblo vive una vida de comunión conmigo, de manera natural vivirá abundantemente los principios eternos de la ley: mi carácter".

El profeta Jeremías termina diciendo: "Mas dijeron: '¡No andaremos!' " Jesús también, antes de su muerte, dijo: "¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quisiste!" (S. Mateo 23:37).

"No andaremos", "No quisiste". Ahí estaba el Camino ofreciendo descanso para las almas, pero nadie quiso saber nada de él.

¿Qué vas a hacer hoy contigo mismo? Anda por el buen camino, pero no olvides que el buen camino es Jesús, y no simplemente un código moral.

Pr. Alejandro Bullón

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