viernes, 31 de diciembre de 2010

NO TE DEJES INTIMIDAD.


"Y les dirá: "Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos; porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear" Deuteronomio 20:3,4 (foto de los hombres de la guerra).

Toda guerra abierta va precedida de una fase psicológica en la que los contendientes tratan de intimidarse mutuamente. Todo general sabe que es preferible ganar la guerra sin pelear a sacrificar muchos de sus soldados. Es tal el costo de muchas victorias que apenas quedan ánimos para disfrutar de las mismas. En la batalla que los israelitas estaban por pelear, parecía que el enemigo ya contaba con la baza de la victoria psicológica. Hizo falta un discurso formidable para recordarles que no todo estaba perdido, que Dios estaba de su lado y que, por lo tanto, no tenían por qué temer al enemigo.

En la historia de Gedeón encontramos que él estaba desanimado para emprender tan gran empresa. Vez tras vez supeditó su decisión a prueba para estar absolutamente seguro de que tendría la victoria. Si el propio Gedeón, que había escuchado la voz de Dios y había visto las pruebas de fe contestadas positivamente, tenía dudas, entonces no debemos juzgar demasiado severamente a sus soldados más dubitativos.

Dios conocía los corazones de los pusilánimes, que ya habían perdido la guerra psicológica y podían desanimar a los fieles. Por lo tanto, entró en el proceso de la depuración del ejército. No quería de ninguna manera que Gedeón o sus soldados llegasen a pensar que la victoria era de ellos. Dios usó psicología inversa para ayudarlos a entender que solamente confiando en él se logran las cosas. Los ejércitos tratan de intimidar al oponente con un gran número de hombres, con el despliegue del armamento más sofisticado y con la ventaja de la sorpresa. La actuación de Dios fue exactamente la opuesta a esto. Se valió de pocos hombres. Nunca antes se había ganado una guerra con toques de trompeta y lámparas. Y es que no hay batalla que él no pueda ganar.

Tenemos la seguridad de que él está de nuestro lado, que no hay por qué temer. No hay por qué prepararse a hacerle frente al enemigo como él espera, porque de Jehová es la victoria, y él ya ganó la batalla. Confiemos en nuestro Dios y él hará.

Israel Leito

jueves, 30 de diciembre de 2010

LA GLORIA MÁS ALLÁ DE LAS TINIEBLAS


Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución. (2 Tim. 3: 12).

En la experiencia que adquirió el apóstol Juan bajo la persecución, hay una lección de maravilloso poder y ánimo para el cristiano. Dios no impide las conspiraciones de los hombres perversos, sino que hace que sus ardides obren para bien a los que en la prueba y el conflicto mantienen su fe y lealtad. . .

Es obra de la fe confiar en Dios en la hora más oscura y sentir, a pesar de ser duramente probados y azotados por la tempestad, que nuestro Padre empuña el timón. Sólo el ojo de la fe puede ver más allá de las cosas presentes para estimar correctamente el valor de las riquezas eternas.

Jesús no presentó a sus seguidores la esperanza de alcanzar gloria y riquezas terrenas ni de vivir una vida libre de pruebas. Al contrario, los llamó a seguirle en el camino de la abnegación y el vituperio. El que vino para redimir al mundo fue resistido por las fuerzas unidas del mal. . .
Así será con todos los que deseen vivir píamente en Cristo Jesús. Persecuciones y vituperios esperan a todos los que estén dominados por el espíritu de Cristo. . .

En todas las épocas Satanás persiguió al pueblo de Dios. Torturó a sus hijos y los entregó a muerte, pero en su muerte llegaron a ser vencedores. Testificaron del poder de Uno que es más fuerte que Satanás. Hombres perversos pueden torturar y matar el cuerpo, pero no pueden destruir la vida que está escondida con Cristo en Dios. Pueden encerrar a hombres y mujeres dentro de las paredes de una cárcel, pero no pueden amarrar el espíritu.(El ángel caído).

En medio de la prueba y la persecución, la gloria el -carácter- de Dios se revela en sus escogidos. . . Siguen a Cristo en medio de penosos conflictos; soportan la abnegación y experimentan amargos chascos; pero así aprenden lo que es la culpa y miseria del pecado, y llegan a mirarlo con aborrecimiento. Al ser participantes de los sufrimientos de Cristo, pueden ver la gloria más allá de las tinieblas, y dirán: "Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada" (Rom. 8: 18) (Los Hechos de los Apóstoles, págs. 459-461 ).

E. G. W.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

PREPARACIÓN PARA EL DÍA SANTO

Acuérdate del día de reposo para santificarlo. (Exo. 20: 8.)

Al mismo comienzo del cuarto mandamiento el Señor dijo: "Acuérdate". El sabía que en medio de la multitud de cuidados y perplejidades el hombre se vería tentado a excusarse de satisfacer todo lo requerido por la ley, o se olvidaría de su importancia sagrada. Por lo tanto dijo: "Acuérdate del día de reposo para santificarlo".

Cuando el sábado es así recordado, no se permitirá que lo temporal usurpe lo que pertenece a lo espiritual. Ningún deber que pertenece a los seis días hábiles será dejado para el sábado. Durante la semana nuestras energías no serán agotadas de tal manera en el trabajo temporal que, en el día en que el Señor descansó y fue refrigerado, estemos demasiado cansados para dedicamos a su servicio...

Termínense el viernes los preparativos para el sábado. Cuidad de que toda la ropa esté lista y que se haya cocinado todo lo que debe cocinarse... El sábado no ha de destinarse a reparar ropas, a cocinar alimentos, a los placeres o a ningún otro empleo mundanal.

Antes de que se ponga el sol debe ponerse a un lado todo trabajo secular y todos los periódicos de ese carácter deben ser puestos fuera de la vista. Padres, expliquen su trabajo y su propósito a sus hijos, y permitan que ellos compartan en su preparación para guardar el sábado conforme al mandamiento.

Hay otra obra que debe recibir atención en el día de la preparación. En este día todas las diferencias entre los hermanos, sean en la familia o en la iglesia, deberán dejarse a un lado.

Expulsemos del alma toda amargura, furia o malicia. En un espíritu de humildad, "confesad vuestras faltas los unos a los otros y orad los unos por los otros".

Antes de la puesta del sol congréguense los miembros de la familia para leer la Palabra de Dios y para cantar y orar.

Debemos cuidar celosamente las extremidades del sábado. Recordemos que cada momento es tiempo santo y consagrado.

E. G. W.

martes, 28 de diciembre de 2010

NO DES RIENDA SUELTA A LA MURMURACIÓN

En sus murmuraciones contra Moisés y Aarón, la comunidad decía: «¡Cómo quisiéramos haber muerto en Egipto! ¡Más nos valdría morir en este desierto!...Entonces el Señor le dijo a Moisés: —¿Hasta cuándo esta gente me seguirá menospreciando? ¿Hasta cuándo se negarán a creer en mí, a pesar de todas las maravillas que he hecho entre ellos? Números 14:2,11

En la mayoría de los bulos, cada boca que los repite añade un poquito más de exageración. Las mentiras y las falsedades son como una onda que se expande mientras son repetidas de boca en boca. Las dudas en cuanto a las verdaderas intenciones de Moisés y Aarón se extendieron como un reguero de pólvora en el campamento.

Al principio era solamente el último chisme, pero pronto llegó a ser la "verdad presente. Cuando las noticias que los espías habían traído llegaron a la última tienda, la verdad estaba tan distorsionada no había forma de corregirla. La incredulidad y el descontento subieron a tal nivel que Dios tuvo que intervenir y pronunciarse con amenazas tan fuertes que, de no mediar Moisés, habrían acabado de forma muy distinta.

Todo empezó porque alguien no creyó; alguien dio riendas sueltas a sus dudas y quejas. Una persona tuvo la osadía de levantar su voz en secreto contra el dirigente elegido por Dios mismo y pronto la situación resultó incontenible. La incredulidad es contagiosa, pero es también una de las cosas más seguras para promover la separación de Dios y su pueblo.

Todo pecado empieza con una duda. Es verdad que la Biblia enseña que la raíz de todos los males es el amor al dinero. También queda bien claro que la mínima duda acerca de los planes, intenciones y la voluntad de Dios lleva a un rechazo de todo lo que se ha dicho en cuanto al Salvador y Señor.

El plan de Dios es actuar de manera que se genere fe y confianza en su pueblo. En cambio, el enemigo usa sus mejores armas cuando logra sembrar duda y descontento.

«No es necesario caer bajo la tentación, porque la tentación nos sobreviene pare probar nuestra fe. Y la prueba de nuestra fe obra paciencia, y no mal humor ni murmuración. Si ponemos nuestra confianza en Jesús, él nos protegerá en todo tiempo y será nuestro baluarte y escudo» (AFC 282).

Israel Leito

lunes, 27 de diciembre de 2010

EL ESPÍRITU GUIA A LA VICTORIA.

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto 2por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre. Lucas 4:1,2

En la confrontación de Cristo con el diablo en el desierto pocas veces se enfatiza la obra del Espíritu Santo en todo ello. La Biblia indica claramente que fue el Espíritu Santo quien lo llevó al desierto y lo sostuvo allí; después de los cuarenta días allí, Jesús fue tentado por el diablo (Mat. 4:2, 3). El Espíritu Santo estuvo con él en todo momento. En las peores pruebas y más agudas tentaciones, él podía depender de la presencia del Espíritu para sostenerle y guiarle.

Cuando Jesús fue llevado al desierto para ser tentado, fue llevado por el Espíritu de Dios. Él no invitó a la tentación. Fue al desierto para estar solo, para contemplar su misión y su obra. Por el ayuno y la oración, debía fortalecerse para andar en la senda manchada de sangre que iba a recorrer. Pero Satanás sabía que el Salvador había ido al desierto, y pensó que esa era la mejor ocasión para atacarle.

“Grandes eran para el mundo los resultados que estaban en juego en el conflicto entre el Príncipe de la Luz y el caudillo del reino de las tinieblas. Después de inducir al hombre a pecar, Satanás reclamó la tierra como suya, y se llamó príncipe de este mundo. Habiendo hecho conformar a su propia naturaleza al padre y a la madre de nuestra especie, pensó establecer aquí su imperio. Declaró que el hombre le había elegido como soberano suyo. Mediante su dominio de los hombres, dominaba el mundo. Cristo había venido para desmentir la pretensión de Satanás. Como Hijo del hombre, Cristo iba a permanecer leal a Dios. Así se demostraría que Satanás no había obtenido completo dominio de la especie humana, y que su pretensión al reino del mundo era falsa. Todos los que deseasen liberación de su poder, podrían ser librados. El dominio que Adán había perdido por causa del pecado, sería recuperado” (DTG 89, 90).

Desconocemos las tentaciones y las pruebas que nos sobrevendrán hoy; no sabemos cuándo va a atacar el enemigo. Pero, de una cosa estamos seguros: el Espíritu Santo está a nuestra disposición para sostenemos en todo momento. Que hoy sea un día de victoria para los hijos de Dios.

Israel Leito

sábado, 25 de diciembre de 2010

"SOMETEOS...RESISTIR".

Someteos, pues a Dios; resistir al diablo, y huirá de vosotros: (Sat.4:7). "Someteos..resistir". En estas dos palabras tenemos la llave doble de la puerta de la victoria espiritual.
La sumisión, la entrega incondicional, es el primer requisito que Jesús pide al que quiere ser su siervo. La vida, la mente, los planes y deseos, todo debe ser puesto a los pies del Divino Conquistador antes de que el Señor pueda hacer su obra purificadora en el corazón.

Si no se entrega el corazón por completo hay zonas controlodas aún por el enemigo y por lo tanto Dios no puede hacer el trabajo de preparar el alma para el cielo. A menos que el corazón sea completamente entregado, es imposible la r
esistencia al pecado.
La fortaleza de la vida no puede ser defendida contra el enemigo que aun posee parte de ella y no está afuera, para ser mantenido lejos, sino adentro, donde puede destruir y debilitar.

Con la entrega hecha completa y libremente y continuada momento tras momento, viene el poder y la voluntad de resistir. Y la resistencia, como la entrega, debe ser decidida y continua. María Duran, la joven hugonote que fue encarcelada y a los quince años por su fe, salio de la prisión a los 53 años, después de pasar 38 años encerrada.

Sobre una de las piedras del piso de su celda grabó la palabra Recister, resistir. A través de esos largos años soportó las dudas, el desánimo y las dificultades que Satanas le hacía llegar. Ríndete a dios y el Señor se acercará. Resiste a Satanás y él huirá. E
l principe de las tinieblas no puede tener poder sobre el cristiano que, rendido a Dios, vestido de la brillante armadura del cielo y guardado por un ángel de lua, resiste todos sus esfuerzos.

"No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestro miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestro miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros" (Rom. 6:12-14).




S CUDRIÑAS LAS ESCRITURAS PARA COMFIRMARLA LA VRDAD.

"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Tim. 2:15).

El Señor no inducirá ahora a las mentes a que pongan de lado la verdad que el Espíritu Santo indujo a sus siervos a proclamar en el pasado. Muchos investigarán sinceramente la Palabra en busca de luz, tal como lo hicieron otros en el pasado; y verán la luz en la Palabra.

Pero no pueden tener la misma experiencia que aquellos que vivieron cuando estos mensajes de amonestación fueron proclamados por primera vez. Como no tuvieron esta experiencia, algunos no aprecian el valor de las verdades que han sido para nosotros como postes indicadores, y que han hecho de nosotros un pueblo peculiar.

No aplican correctamente las Escrituras, y en consecuencia inventan teorías que no son correctas. Es cierto que citan abundantemente la Escritura y enseñan mucho que es verdad; pero la verdad está tan mezclada con el error, que lleva a conclusiones equivocadas. Y sin embargo, debido a que pueden tejer la Escritura con sus teorías, piensan que cuentan con una firme cadena de verdad.

Muchas personas que no han tenido participación en el comienzo de los mensajes, aceptan esas teorías erróneas y son llevadas por senderos falsos, y así retroceden en lugar de progresar...
Satanás está trabajando para que se repita la historia de la nación judía en la experiencia de quienes pretenden creer la verdad presente. Los judíos tenían el Antiguo Testamento, y se creían expertos conocedores de él.

Pero cometieron un terrible error. Consideraron que las profecías que se refieren a la gloriosa segunda venida de Cristo en las nubes de los cielos aludían a su primera venida. Como no vino de acuerdo con lo que ellos esperaban, se alejaron de él...
Ese mismo Satanás trabaja actualmente para debilitar la fe del pueblo de Dios. Hay personas que están listas para apoderarse de cada idea novedosa.

Las profecías de Daniel y Apocalipsis son mal interpretadas... Estos mensajes, cuando se los recibe y se obra de acuerdo con ellos, llevan a cabo su obra de preparar a un pueblo que permanezca en pie en el gran día de Dios. Si investigamos las Escrituras para confirmar la verdad que Dios ha dado a sus siervos para el mundo, llegaremos a proclamar los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel.

Es cierto que hay profecías que aún deben cumplirse. Pero repetidamente se ha llevado a cabo una obra errónea, y ésta continuará efectuándose por aquellos que procuran encontrar una nueva luz en las profecías, y que comienzan a apartarse de la luz que Dios ya ha dado. Los mensajes de Apocalipsis 14 son los que servirán para probar al mundo; constituyen el Evangelio eterno, y deben hacerse resonar por todas partes (Manuscrito 32, 1896).

E. G. W.

viernes, 24 de diciembre de 2010

EL REINO DEL AMOR SANTO:

Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo: y él reinará por los siglos de los siglos (Apc.11:15 úp).

El gobierno del reino de Cristo no se asemeja a ningún gobierno terreno. Es una representanción de los caracteres de quienes componen el reino...En su corte preside el amoe, y sus oficios y empleos estan adornados por el ejecicio de la caridad.

Pide a sus siervos que manifiesten com pasión, benevolencia, sus propios atributos, en todas las tareas de su oficio, y que hallen su felicidad y satisfacción reflejando el amor y la tierna compasión de la naturaleza divina...
Soloel poder de Cristo puedenobrar la transformación en el corazón y en la mente a fin de que todos los que quisieran puedan participar con él de la nueva vida en el reino d
e Dios.

El que no naciere de nuevo" , dijo el Salvador, "no puede entrar en el reino de Dios" (Juan. 3:3.5). La religión que proviene de Dios es única que puede conducir a Dios. A fin de que podamos servirle rectamente debemos nacer del Espíritu divino.

Esto purificará el corazón y renovará la mente, y nos dará una nueva capacid
ad para conocer y amar a Dios. Nos dará una obediencia voluntaria a todos sus requerimientos. Esa es la verdadera adoración (Manuscrito 9, 1908).

"Tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni será arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos
muy anchos...Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará...No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad" (Isa. 33:20-24).

E. G. White

jueves, 23 de diciembre de 2010

EDIFICÁNDO LO UNOS A LOS OTROS.


Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Rom. 15: 1.

Dios no quiere que nos coloquemos en el tribunal y nos juzguemos unos a otros... Cuando vemos errores en otros, recordemos que tenemos faltas más graves, quizá, a la vista de Dios, que la falta que condenamos en nuestro hermano.

En vez de publicar sus defectos, pedid a Dios que lo bendiga, y ayudadlo a vencer su error. Cristo aprobará este espíritu y proceder, y abrirá el camino para que habléis una palabra de sabiduría que fortalecerá y ayudará al que es débil en la fe.

La tarea de edificación mutua en la santísima fe es una obra bendita; pero la tarea de derribar es una obra llena de amargura y dolor. Cristo se identifica a sí mismo con sus hijos dolientes; pues dice: "En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (Mat. 25: 40)...
Cada corazón tiene sus propios dolores y desengaños, y debemos procurar aliviarnos mutuamente las cargas manifestando el amor de Jesús a los que nos rodean. Si nuestra conversación fuera sobre el cielo y las cosas celestiales, pronto las malas conversaciones dejarían de atraernos...

En vez de encontrar faltas en otros, examinémonos a nosotros mismos. La pregunta de cada uno de nosotros debiera ser: ¿Es recto mi corazón delante de Dios? ¿Glorificará a mi Padre celestial este proceder?

Si habéis fomentado un mal espíritu, desterradlo del alma. Vuestro deber es desarraigar del corazón todo lo que contamine; debiera arrancarse cada raíz de amargura, para que otros no se contaminen con su perniciosa influencia.

No permitáis que quede en el terreno del corazón ninguna planta venenosa. Arrancadla esta misma hora, y plantad en su lugar la planta del amor. Entronícese a Jesús en el alma.

Cristo es nuestro ejemplo. Él fue haciendo bienes. Vivió para bendecir a otros. El amor embelleció y ennobleció todas sus acciones, y se nos ordena que sigamos sus pisadas.

E. G. W.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

ABRIENDO LOS MISTERIOS DE LA REDENCIÓN.

Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras. Luc. 24: 45.

El Señor desea que tengamos una experiencia más profunda y rica en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Quiere que aumente nuestro conocimiento, no en cosas terrenas sino en las celestiales que conducen a Cristo, nuestra Cabeza viviente.

¿Cuán elevado, cuán grande ha de ser este conocimiento? Debe ser de tal naturaleza que nos haga alcanzar la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. No podemos crecer demasiado, no podemos juntar demasiado de los preciosos rayos de luz que Dios nos envía...

Sabemos que falsedades se acercan como una rápida corriente, y esa es precisamente la razón por la que deseamos cada rayo de luz que Dios tiene para nosotros, para poder permanecer de pie entre los peligros de los últimos días...

¡Cómo anhela Cristo abrimos los misterios de la redención! Quería hacerlo por sus discípulos cuando vivió con ellos, pero ellos no habían progresado lo suficiente espiritualmente para comprender sus palabras. Tuvo que decirles: "Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar" (Juan 16: 12).

¡Cuánto mejor habrían podido soportar la terrible prueba por la que tuvieron que pasar en su juicio y crucifixión, si hubieran progresado y sido capaces de comprender las instrucciones de Cristo! ¿No permitiremos que Jesús abra nuestro entendimiento?...

Estamos en los bordes del mundo eterno, y debemos dar un testimonio con el cual todo el cielo debe concordar.

¡El Señor viene y debemos estar preparados! Cada momento deseo tener su gracia, deseo el ropaje de la justicia de Cristo. Debemos humillar nuestras almas delante de Dios como nunca antes, acudir a postramos a los pies de la cruz, y él pondrá en nuestras bocas palabras para dar testimonio de él y dar alabanza a nuestro Dios.

Él nos enseñará un acorde del canto de los ángeles, aun acción de gracias a nuestro Padre celestial. No podemos hacer nada por nosotros mismos, pero Dios desea tocar nuestros labios con un carbón vivo del altar. Quiere santificar nuestra lengua, quiere santificar todo nuestro ser.

E. G. W.

martes, 21 de diciembre de 2010

VERDADES QUE TRANSFORMAN.


Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Heb. 4: 12.

Las verdades de la Biblia, atesoradas en el corazón y la mente, y obedecidas en la vida, convencen y convierten el alma, transforman el carácter y consuelan y elevan el corazón...

La Palabra hace humilde al orgulloso, hace manso y contrito al perverso, al desobediente lo torna obediente. Los hábitos pecaminosos naturales para el hombre están entretejidos en la práctica diaria. Pero la Palabra corta y desecha la concupiscencia, discierne los pensamientos y las intenciones de la mente.

Divide las coyunturas y los tuétanos, quitando los deseos de la carne, haciendo que los hombres estén dispuestos a sufrir por su Señor.

El servicio por Cristo es algo celestial, santo y bendito. Hay que escudriñar diligentemente la Palabra, porque el ministerio de la Palabra revela las imperfecciones de nuestro carácter y nos enseña que la santificación del Espíritu es una obra ideada por el cielo, y presenta en Cristo Jesús la verdadera perfección que, si se mantiene, llegará a ser un todo perfecto en beneficio de cada alma.

Si sois cristianos inteligentes, mantendréis la vitalidad religiosa y no seréis desanimados por las dificultades... Obraréis las obras de Dios en la penumbra tanto como en la gloria, en la sombra tanto como a la luz del sol, en la prueba como en la paz

. Debéis atesorar la verdad en vuestros corazones como también incorporarla en el ser, para que ninguna tentación o argumento os induzca a ceder a los engaños o artimañas de Satanás. La verdad es preciosa. Ha provocado cambios importantes en la vida y el carácter, y ha ejercido una influencia dominadora sobre las palabras, el comportamiento, los pensamientos y la experiencia.

El alma que estima la verdad vive bajo su influencia y siente la tremenda realidad de las cosas eternas. No vive para sí misma, sino para Jesucristo que murió por ella. Para ella, Dios vive y conoce perfectamente sus palabras y acciones.

E. G. W.

lunes, 20 de diciembre de 2010

UN REFUGIO SEGURO.

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Fil. 4: 6.

No es la voluntad de Dios que sus hijos estén abrumados por las preocupaciones. Pero nuestro Señor no nos engaña. No nos dice: "No temáis; no hay peligro en vuestra senda".

Sabe que hay pruebas y peligros, y no trata de ocultarlos. No se propone sacar a su pueblo de un mundo de pecado y maldad, pero les señala un refugio seguro...

¿Cómo podemos permanecer en la duda, preguntándonos si Jesús nos ama, pecadores como somos, y llenos de flaquezas? Se entregó por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificamos como pueblo suyo peculiar, celoso de buenas obras.

Vino al mundo en forma de hombre, para familiarizarse con las aflicciones y las tentaciones que asedian la senda humana, y para saber cómo ayudar al cansado con su ofrecimiento de descanso y paz. Pero miles y miles rehúsan su ayuda, y únicamente se aferran con más firmeza de sus preocupaciones.

El va junto a los afligidos y les ofrece suavizar su aflicción y curar su angustia... A los chasqueados, los incrédulos y los desventurados les ofrece contentamiento mientras les señala las mansiones que está preparando para ellos... Jesús, nuestro precioso Salvador, debería ocupar el primer lugar en nuestros pensamientos y afectos, y deberíamos depender de él con toda confianza...

Cada día deberíamos enfrentar sus pruebas y tentaciones con el poder de Jesús. Si fallamos un día aumentamos la carga del siguiente y tenemos menos fuerza. No deberíamos anublar el futuro por nuestro descuido en el presente; pero realizando cuidadosamente los deberes de hoy debemos prepararnos para hacer frente a las emergencias del mañana.

Necesitamos cultivar un espíritu de alegría... Siempre miremos el lado brillante de la vida y seamos esperanzados, llenos de amor y buenas obras, regocijándonos siempre en el Señor. "Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones... y sed agradecidos" (Col. 3: 15).

E. G. W.

domingo, 19 de diciembre de 2010

UNA FE PROGRESIVA.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Heb. 11: 6.

Ha llegado el tiempo cuando hemos de esperar abundantes bendiciones del Señor. Debemos ascender a una norma más elevada en lo que concierne a la fe. Tenemos demasiado poca fe. La Palabra de Dios es nuestra garantía.(la fe tiene que ser como un árbol en medio de las montañas).

Debemos recibirla creyendo con sencillez cada palabra. Con esta seguridad podemos pedir cosas grandes, y se nos concederán según sea nuestra fe...

La obra de la fe significa más de lo que nos imaginamos. Significa una confianza genuina en la Palabra de Dios tal como es. Por nuestras acciones debemos mostrar que creemos que Dios hará lo que ha dicho.
Las ruedas de la naturaleza y de la providencia no pueden retroceder ni estarse quietas. Debemos tener una fe progresiva y eficaz, una fe que obre por amor y purifique el alma de todo vestigio de egoísmo. No debemos depender de nosotros, sino de Dios.
No debemos albergar incredulidad. Debemos tener esa fe que acepta la Palabra de Dios como veraz...

La verdadera fe consiste en hacer lo que Dios ha ordenado, y no las cosas que no ha prescripto. Los frutos de la fe son la justicia, la verdad y la misericordia. Necesitamos andar en la luz de la ley de Dios; las buenas obras serán el fruto de nuestra fe, las obras de un corazón renovado diariamente.

Él árbol debe ser hecho bueno antes de que su fruto pueda ser bueno. Debemos estar enteramente consagrados a Dios. Nuestra voluntad debe corregirse antes de que su fruto pueda ser bueno. No debemos tener una religión antojadiza. "Hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Cor. 10: 31).

¡Oh qué campo se abre ante mí! Nuestro pueblo necesita la obra profunda del Espíritu de Dios cada día. Debe tener una fe que obra por el amor, una fe que emana de Dios. No debe existir ni una fibra de egoísmo entretejida en la tela. (La fe es como un torrente, que va en aumento).

Cuando nuestra fe obra por amor, un amor tal como el que Cristo reveló en su vida, tendrá una textura firme; será el fruto de una voluntad doblegada. Pero Cristo no puede habitar en nosotros sino hasta que muere el yo. No es sino hasta que muera el yo que podremos poseer una fe que obra por amor y purifica el alma.

E. G. W.

EL PODEROSO LIBERTADOR.

Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos. Isa. 65: 2.

El Señor Dios, mediante Cristo, extiende su mano durante todo el día invitando al necesitado. Recibirá a todos. Da a todos la bienvenida. No rechaza a ninguno. Se gloría en perdonar al más empedernido de los pecadores.

Quitará la presa al valiente y librará a los cautivos; arrebatará el tizón del fuego. Hará descender la cadena dorada de su misericordia a las mayores profundidades de la desdicha humana y de la culpa, y levantará al alma envilecida, contaminada por el pecado. Pero el ser humano debe querer aproximarse y colaborar en la obra de salvar su alma, utilizando las oportunidades que Dios le da. El Señor no fuerza a ninguno

. El inmaculado vestido de bodas de la justicia de Cristo está preparado para cubrir al pecador; pero si éste lo rehúsa, debe perecer.

El registro del pasado puede borrarse con la sangre de Cristo, y la página puede quedar limpia y blanca. "Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana" (Isa. 1: 18).

Las palabras pronunciadas por Jesús: "Tus pecados te son perdonados" (Mat. 9: 2), tienen un inmenso valor para nosotros. Él dijo: He llevado tus pecados en mi propio cuerpo en la cruz del Calvario. Él ve vuestras aflicciones.

Su mano se posa sobre la cabeza de cada alma contrita, y Jesús se convierte en nuestro Abogado delante del Padre, y nuestro Salvador. El corazón humillado y contrito recibirá una gran bendición con el perdón...

Podemos repetir a otros su tierna compasión, a otros que vagan en el laberinto del pecado. Debemos revelar tiernamente a otros la gracia de Cristo que nos ha sido manifestada. El alma se llenará de una gran ternura y compasión por seres humanos que todavía están bajo el control de Satanás.

Cristo se multiplicará en cada hombre y mujer que cree en él, porque habrán de vivir nuevamente la vida de Cristo al bendecir, iluminar y brindar esperanza, paz y gozo a otros corazones.

E. G. W.

viernes, 17 de diciembre de 2010

COMO LIBRASE DE LA CULPA.


¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. Miq. 7: 18.

Me alegro porque nuestros sentimientos no son evidencia de que no somos hijos de Dios. El enemigo os tentará para que penséis que habéis hecho cosas que os han separado de Dios, y que él ya no os ama más, pero nuestro Señor todavía nos ama...

Apartad la vista de vosotros y mirad la perfección de Cristo. No podemos fabricar una justicia por nosotros mismos. Cristo tiene en su mano los puros mantos de justicia, y los pondrá sobre nosotros.

Hablará dulces palabras de perdón y promesa. Presenta a nuestra alma sedienta fuentes de agua viva para refrescarnos. Nos pide que acudamos a él con todas nuestras cargas, todas nuestras aflicciones, y nos dice que hallaremos reposo...

Jesús ve la culpa del pasado, y perdona, y no debemos deshonrarlo dudando de su amor. Este sentimiento de culpa debe colocarse a los pies de la cruz en el Calvario. El sentimiento de pecaminosidad ha envenenado las fuentes de la vida y de la verdadera felicidad.

Ahora Jesús dice: "Echadlo todo sobre mí. Yo tomaré vuestros pecados; os daré paz. No sigáis despreciando vuestro respeto propio, porque os he comprado con el precio de mi propia sangre. Me pertenecéis. Fortaleceré vuestra débil voluntad, y quitaré vuestro remordimiento por el pecado".

Entonces, volved hacia él vuestro corazón agradecido, temblando por la incertidumbre, y apoderaos de la esperanza que se os da. Dios acepta vuestro corazón quebrantado y contrito, y os concede perdón gratuito. El ofrece adoptaros en su familia, con su gracia para ayudar vuestra debilidad, y el querido Salvador os conducirá paso a paso, al colocar vuestra mano en la suya y permitir que él os guíe.

Buscad las preciosas promesas de Dios. Si Satanás interpone amenazas ante vuestra mente, volveos de ellas y aferraos de las promesas, y permitid que vuestra alma sea aliviada por su brillo. La nube es oscura en sí misma, pero cuando se llena con la luz, se transforma con el brillo del oro, porque la gloria de Dios está sobre ella.

E. G. W.

jueves, 16 de diciembre de 2010

EL UNICO CAMINO SEGURO.

Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga. Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Isa. 30: 21.

Sé que los seres humanos sufren mucho porque salen de la senda que Dios ha elegido para ellos. Caminan a la luz de las chispas del fuego que ellos mismos han encendido, y el resultado inevitable es la aflicción, la intranquilidad y el pesar, males que habrían podido evitar, si hubieran sometido su voluntad a la de Dios, y le hubieran permitido dirigir sus pasos. Dios considera necesario contradecir nuestra voluntad y proceder, y poner bajo sujeción nuestra voluntad humana.

Cualquiera que sea la senda que Dios ha escogido para nosotros, cualquiera que sea el camino que ordena para nuestros pies, ése es el único camino de seguridad. Diariamente debemos manifestar el espíritu de sumisión infantil, y orar para que nuestros ojos sean ungidos con el colirio celestial, a fin de que podamos discernir las indicaciones de la voluntad divina, para que no se confundan nuestras ideas a causa de la omnipotencia de nuestra propia voluntad.

Con los ojos de la fe, con una sumisión infantil, como hijos obedientes, debemos mirar a Dios, seguir su dirección, y así desaparecerán las dificultades. La promesa es: "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos" (Sal. 32: 8)...

Si acudimos a Dios con una disposición humilde y deseos de aprender, sin llevar preparados nuestros planes antes de pedirle consejo, y dispuestos según nuestra propia voluntad, sino con sumisión, dispuestos a ser enseñados, con fe, será nuestro privilegio reclamar las promesas cada hora del día. Debemos desconfiar de nosotros mismos y vigilar nuestras propias fuertes tendencias e inclinaciones, para no actuar según nuestras propias ideas y planes y pensar que estamos haciendo la voluntad del Señor...

Nuestro Padre celestial es nuestro Gobernador, y debemos someternos a su disciplina. Somos miembros de su familia. El tiene derecho a nuestro servicio, y si uno de los miembros de su familia persistiera en seguir sus propios caminos, persistiera en hacer justamente aquello que desea hacer, ese espíritu produciría un estado de cosas desordenado y confuso. No debemos estudiar para lograr nuestro propio camino, sino el camino de Dios y la voluntad de Dios.

E. G. W.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Cor. 15: 57.

La vida cristiana es una vida de lucha, de conflicto constante. Es una batalla y una marcha. Pero cada acto de obediencia a Cristo, cada acto de abnegación por amor a él, cada prueba bien soportada, cada victoria obtenida sobre la tentación, es un paso más en la marcha hacia la gloria de la victoria final.

Si tomamos a Cristo como nuestro Guía, nos conducirá a salvo a lo largo del camino estrecho. El camino puede ser áspero y espinoso; la pendiente puede ser abrupta y peligrosa; puede haber trampas a la derecha y a la izquierda; podemos tener que soportar penalidades en nuestro viaje; cuando estemos cansados, cuando anhelemos descanso, quizá tengamos que seguir adelante; cuando desmayemos, quizá tengamos que seguir luchando; cuando estemos desanimados, quizá se nos pida que confiemos; pero con Cristo como nuestro Guía, no perderemos la senda que lleva a la vida inmortal, no dejaremos de alcanzar finalmente el cielo deseado.

Cristo mismo recorrió el áspero camino antes que nosotros, y suavizó el camino para nuestros pies. El camino estrecho de la santidad, el camino destinado para los redimidos del Señor, está iluminado por Aquel que es la Luz del mundo. Al seguir en sus pasos, su luz brillará sobre nosotros; y al reflejar la luz tomada de la gloria de Cristo, el camino se tornará más y más brillante hasta alcanzar la luz del mediodía.

Al principio podrá parecemos agradable practicar el orgullo y la ambición mundana; pero su resultado es dolor y tristeza. Los planes egoístas pueden ofrecer promesas halagadoras y dar una esperanza de placer; pero descubriremos que nuestra felicidad está envenenada y nuestra vida amargada por esperanzas centralizadas en el yo.

Estaremos a salvo siguiendo a Cristo, porque él no dejará que los poderes de las tinieblas dañen un solo cabello nuestro. El guardará aquello que se le encomienda, y seremos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.

E. G. W.

martes, 14 de diciembre de 2010

VENID VOSOTROS APARTE.

Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová. Sal. 27: 14.

Ninguna vida fue tan llena de trabajo y responsabilidad como la de Jesús, y, sin embargo, cuán a menudo se le encontraba en oración. Cuán constante era su comunión con Dios... Como uno de nosotros, participante de nuestras necesidades y debilidades, dependía enteramente de Dios, y en el lugar secreto de oración, buscaba fuerza divina, a fin de salir fortalecido para hacer frente a los deberes y las pruebas.

En un mundo de pecado, Jesús soportó luchas y torturas del alma. En la comunión con Dios, podía descargarse de los pesares que lo abrumaban. Allí encontraba consuelo y gozo.

En Cristo, el clamor de la humanidad llegaba al Padre de compasión infinita. Como hombre, suplicaba al trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba de una corriente celestial que conectaba a la humanidad con la divinidad. Por medio de la comunión continua, recibía vida de Dios a fin de impartirla al inundo. Su experiencia ha de ser la nuestra.

"Venid vosotros aparte" (Mar. 6: 31), nos invita. Si tan sólo escuchásemos su palabra, seríamos más fuertes y más útiles... Si hoy tomásemos tiempo para ir a Jesús y contarle nuestras necesidades, no quedaríamos chasqueados; él estaría a nuestra diestra para ayudarnos...

En todos los que reciben la preparación divina, debe revelarse una vida que no está en armonía con el mundo, sus costumbres o prácticas; y cada uno necesita tener experiencia personal en cuanto a obtener el conocimiento de la voluntad de Dios.

Debemos oírle individualmente hablarnos al corazón. Cuando todas las demás voces quedan acalladas, y en la quietud esperamos delante de él, el silencio del alma hace más distinta la voz de Dios. Nos invita: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios" (Sal. 46: 10).(Un lugar para la meditación).

Solamente allí puede encontrarse verdadero descanso. Y esta es la preparación efectiva para todos los que laboran para Dios. En medio del apresurado tropel y la tensión de las intensas actividades de la vida, el alma que es así refrescada será rodeada de una atmósfera de luz y paz. La vida exhalará fragancia y revelará un poder divino que alcanzará el corazón de los hombres.

E. G. W.

lunes, 13 de diciembre de 2010

LA PRECIOSIDAD DE LA ORACIÓN SECRETA.

Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón. Sal. 62: 8.

Un profundo sentido de nuestra necesidad y un gran deseo de recibir las cosas que pedimos deben caracterizar nuestras oraciones, de lo contrario no serán oídas.

Pero no debemos cansarnos y dejar de pedir porque nuestras oraciones no reciban una respuesta inmediata. "El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" (Mat. 11: 12). Aquí se entiende por violencia un santo fervor, como el que manifestó Jacob. No necesitamos procurar ponernos en un estado de intensa excitación, sino que debemos presentar nuestras peticiones calmada pero persistentemente delante del trono de la gracia.

Nuestra obra consiste en humillar nuestra alma delante de Dios, en confesar nuestros pecados y en acercarnos con fe a Dios... El propósito de Dios es manifestarse a sí mismo en su providencia y en su gracia. El objeto de nuestras oraciones debe ser la gloria de Dios y no la glorificación de nosotros mismos.

Dios nos ha honrado mostrándonos cuánto nos valora. Fuimos comprados por la sangre preciosa del Hijo de Dios. Cuando su heredad siga conscientemente la palabra del Señor, su bendición descansará sobre ella como respuesta a sus oraciones.

"Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo" (Joel 2: 12-13).

El alma, mediante la oración secreta, debe abrirse a la inspección del ojo de Dios... Cuán preciosa es la oración secreta por medio de la que el alma entra en comunión con Dios. La oración secreta debe ser escuchada únicamente por el oído de Dios. Ningún oído curioso debe recibir la carga de peticiones.

Calmada, pero fervientemente, el alma deberá dirigirse a Dios, y dulce y permanente será la influencia que emana de Aquel que ve en secreto, cuyo oído está abierto a la oración que brota del corazón. El que en fe sencilla mantiene comunión con Dios, allegará para sí divinos rayos de luz para fortalecerle y sostenerlo en el conflicto con Satanás.

E. G. W.

domingo, 12 de diciembre de 2010

MOTIVOS DE LA OBEDIENCIA.

Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos. 1 Juan 5: 3.

Es la observancia de los mandamientos de Dios lo que lo honra y glorifica en sus elegidos. Por lo tanto, cada alma a quien Dios le ha dado la facultad de razonar está bajo la obligación de escudriñar la Palabra para averiguar todo lo que él nos ha ordenado como posesión adquirida.

Deberíamos procurar comprender todo lo que la Palabra requiere de nosotros en el sentido de la obediencia y la observancia de sus preceptos. No podemos manifestar más honor a nuestro Dios, a quien pertenecemos por creación y redención, que dando evidencia ante los seres celestiales, los mundos no caídos y los hombres caídos, de que atendemos diligentemente todos sus mandamientos, que son los principios que gobiernan su reino.

Necesitamos estudiar asiduamente para conocer los preceptos de Dios. ¿Cómo podemos ser súbditos obedientes si dejamos de comprender los principios que gobiernan el reino de Dios? Abrid, entonces, vuestras Biblias, y buscad todo aquello que os ilumine respecto a los preceptos de Dios; y cuando discernáis un "así dice Jehová", no pidáis la opinión de los hombres, sino que, cualquiera que sea el costo para vosotros, obedeced gozosamente. Entonces descansará sobre vosotros la bendición de Dios y lo glorificaréis...

Preguntad a menudo en oración: "Señor, ¿qué quieres que haga? ¿Estoy desatendiendo en alguna forma los preceptos divinos? ¿Estoy colocando de alguna manera mi influencia del lado del enemigo? ¿Estoy descuidando los mandamientos de Dios? ¿Estoy dispuesto a tomar el yugo con Cristo, a levantar la carga y a colaborar con él?

¿Estoy inventando posibles excusas por desobedecerle? ¿Estoy arriesgándome al desobedecer los preceptos de Jehová claramente revelados, porque no estoy dispuesto a salir del mundo y ser distinto? ¿Tendrá el temor a los hombres una mayor influencia sobre mí que el temor a Dios?"

Rendíos vosotros mismos a Dios, diciendo: "He aquí, Señor, me entrego a mí mismo; esto es todo lo que puedo hacer. No seré encontrado en desobediencia a vuestra ley, porque esto me colocaría en las filas del enemigo".
E. G. W.

sábado, 11 de diciembre de 2010

LLENOS DE TODA PLENITUD.


Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Efe. 3:19.

Muchos piensan que es imposible escapar del poder del pecado, pero se nos ha prometido que seremos llenos de toda la plenitud de Dios. Apuntamos demasiado bajo. La meta está mucho más alta.

Nuestra mente necesita expandirse para poder comprender el significado de la provisión de Dios. Debemos reflejar los atributos más elevados del carácter de Dios. Deberíamos estar agradecidos porque no se nos ha dejado abandonados a nosotros mismos. La ley de Dios es la norma exaltada que debemos alcanzar... No debemos andar según nuestras propias ideas,... sino debemos seguir en los pasos de Cristo.

La obra de vencer está en nuestras manos, pero no debemos vencer en nuestro propio nombre o fortaleza, porque no podemos guardar los mandamientos por nuestras propias fuerzas. El Espíritu de Dios debe ayudar nuestras flaquezas. Cristo es nuestro sacrificio y garantía. Se hizo pecado por nosotros, para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios en él. Mediante la fe en su nombre, él nos imputa la justicia y ésta se convierte en un principio viviente en nuestra vida... Cristo nos imputa su carácter sin pecado, y nos presenta delante del Padre en su propia pureza.

No podemos proveernos por nuestra cuenta el ropaje de la justicia, porque el profeta dice: "Todas nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia" (Isa. 64: 6). No hay nada en nosotros con qué cubrir el alma para que no se vea su desnudez. Debemos recibir el ropaje de justicia tejido en el telar del cielo, el ropaje puro de la justicia de Cristo. Debemos decir: El murió por mí. El llevó la desgracia de mi alma para que yo venza en su nombre y sea exaltado hasta su trono.

Los hijos de Dios tienen el privilegio de estar llenos de toda la plenitud de Dios."A Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén" (Efe. 3: 20-21).

E. G. W.

viernes, 10 de diciembre de 2010

EJEMPLO DE LOS FIELES.

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente. Tito 2: 11-12.(Daniel reflejaba en la cárcel el carácter de Cristo).

Si queremos heredar la vida eterna, tenemos que realizar una gran obra. Debemos negar la impiedad y las concupiscencias mundanas, y vivir una vida de justicia... No hay salvación para nosotros fuera de Jesús, porque mediante la fe en él recibimos poder para ser hijos e hijas de Dios; pero no se trata de una fe pasajera, sino que es una fe que hace las obras de Cristo. . . La fe viva se manifiesta mostrando un espíritu de sacrificio y devoción hacia la causa de Dios.

Los que la poseen están bajo el estandarte del Príncipe Emanuel, y luchan exitosamente contra los poderes de las tinieblas. Están listos para cumplir cualquier orden dada por su Capitán. Cada uno es exhortado para que sea "ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza" (1 Tim. 4: 12); porque debemos vivir "sobria, justa y piadosamente" en este mundo malo, exponiendo el carácter de Cristo y manifestando su espíritu...

Los que están relacionados con Jesús están en unión con el Hacedor y Sustentador de todas las cosas. Tienen un poder que el mundo no puede darles ni quitarles. Pero mientras se les dan grandes y señalados privilegios, no deben únicamente gozarse en esas bendiciones.

Como mayordomos de las múltiples gracias de Dios, deben convertirse en bendiciones para otros. Se les ha dado una gran verdad, "porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará" (Luc. 12: 48). Grandes responsabilidades descansan sobre todos los que han recibido el mensaje para este tiempo. Deben ejercer una influencia que atraerá a otros a la luz de la Palabra de Dios... Somos guardas de nuestro hermano...

Si somos creyentes verdaderos en Jesús, reuniremos rayos de gloria y arrojaremos luz en el camino tenebroso de los que nos rodean. Revelaremos el bondadoso carácter de nuestro Redentor, y muchos serán atraídos por nuestra influencia a contemplar "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). (La familia debe representar la imagen de Cristo).

E. G. W.

jueves, 9 de diciembre de 2010

TRABAJANDO CON NUESTROS TALENTOS.

Pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. 1 Cor. 7:7. (Foto de una Artesana, Dios le dio este don de hacer ceramica).

Dios les da más que dinero a sus mayordomos. Vuestro talento de impartir es un don. ¿Qué comunicáis de los dones de Dios mediante vuestras palabras y tierna simpatía?... El conocimiento de la verdad es un talento.

Hay muchas almas en tinieblas que podrían recibir luz con ayuda de vuestras palabras fieles y verdaderas. Hay corazones que anhelan simpatía y que perecen alejados de Dios. Vuestra simpatía puede ayudarlos. El Señor necesita vuestras palabras, dictadas por el Espíritu Santo...

La primera tarea de todos los cristianos consiste en escudriñar las Escrituras con ferviente oración, para que tengan esa fe que obra por amor y purifica el alma de cualquier rasgo de egoísmo. Si se recibe la verdad en el corazón, obra como buena levadura hasta que toda facultad queda sometida a la voluntad de Dios. Entonces no podréis dejar de brillar, como tampoco lo puede el sol...

Todos los dones naturales deben ser santificados como dotes preciosas. Deben consagrarse a Dios para que sirvan al Maestro. Todas las ventajas sociales son talentos. No deben dedicarse a la complacencia propia, a la diversión o a la complacencia personal... El don del ejemplo correcto es una gran cosa. Pero muchos rodean su alma con una atmósfera pestilencial...

Los dones del habla, del conocimiento, de la simpatía y el amor, comunican un conocimiento de Cristo. Todos estos talentos deben convertirse a Dios. El Señor los necesita; los pide. Todos deben desempeñar una parte en la preparación de su propia alma y las almas de otros para que dediquen sus talentos a Dios.

Cada alma, cada don, deben ponerse al servicio de Dios. Todos deben colaborar con Dios en la obra de salvar a las almas. Los talentos que poseéis os los ha dado Dios para haceros colaboradores eficientes con Cristo. Hay corazones que anhelan simpatía y que perecen porque les falta la ayuda que vosotros habéis recibido de Dios para darles. (Artesana de Tunez)

E. G. W.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

EXALTADP AL HOMBRE DEL CALVARIO.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3: 14-15.

Os señalo la cruz del Calvario. Os ruego considerar el sacrificio infinito realizado por vosotros, para que mediante la fe en Cristo no perezcáis sino que tengáis vida eterna... Os señalo a Jesús. Estáis seguros al confiarle los pensamientos más íntimos de vuestra mente.

El Señor os ha adquirido a un precio infinito. Podéis encomendar a Jesús el cuidado de vuestra alma. Podéis confiar en él como vuestro Consejero... Acercaos constantemente a Dios. Él os ayudará.

Estad seguros de que recibís vuestra luz de la Fuente de toda Luz. Él es la gran Luz central del universo celestial y la gran Luz del mundo. Él iluminará a cada hombre que viene al mundo. No alcancéis una norma inferior y común.

Cultivad la dulzura de Cristo. Aseguraos las realizaciones más elevadas, y obtened de Cristo vuestra inspiración. Él es vuestro Amigo. Siempre podréis depender de él y hallarlo fiel y verdadero. Cuando necesitéis su simpatía en vuestra mayor perplejidad, heridos y magullados, él no os pasará de largo. Podéis acudir a él con la sencillez de los niños. Podéis acudir a él con gozo y alegría.

Ante cualquier cosa que halague vuestras esperanzas, ante todo éxito que logréis en vuestros esfuerzos en el Señor, contemplad a Jesús y depositad todo honor a sus pies. Todo depende de que procedáis con humildad íntima. Escribid el nombre de Cristo en vuestro estandarte y nunca lo deshonréis.

Todo el cielo nos ha sido dado en Cristo Jesús, y el Señor os ama a pesar de que lo habéis deshonrado... Honrad a Jesús rindiéndole los mejores y más santos servicios del corazón. Él dio su vida por vosotros. ¿Quién hizo esto? El Hijo unigénito de Dios, el que era uno con el Padre antes de que el mundo fuese.

Levantad vuestro estandarte; levantadlo bien alto. Nunca permitáis que se arrastre en el polvo. Exaltad a Jesús. Levantadlo, al Hombre del Calvario, más alto y aun más alto.

E. G. W.